Bien morir

Coatzacoalcos | 2023-05-04

Un paseo por el alma; Bien morir

 Nadie es inmune a la pérdida, como perder a un familiar, romper una relación afectiva o el simple hecho de madurar, supone atravesar diferentes niveles de duelo. Existen cinco etapas del duelo que menciona Elisabeth Kübler-Ross.

Negación, se niega la existencia de una enfermedad mortal. Puede funcionar para suavizar el dolor después de una noticia inesperada; 

Ira, se toma conciencia de la muerte del ser querido, pero en lugar de aceptarla se rebela. La persona se siente incapaz de mantener el control, expresar la ira le ayuda a aceptar mejor su pérdida; 

Negociación, el enfermo afronta la verdad y surge la necesidad de llegar a un acuerdo para superar la experiencia por la que está pasando; 

Depresión, el paciente sufre de depresión y los sentimientos anteriores son sustituidos por una sensación de pérdida. Debe enfrentar el dolor que lleva consigo, para aceptar más fácil la realidad.

Aceptación, el enfermo no se siente tan enojado por la experiencia que esta viviendo, pero disminuye el dolor. Comienza a sentir cierta paz y puede estar bien, solo o acompañado. Cada persona, de acuerdo con su fortaleza y madurez emocional, debe encontrar su propia forma de afrontar el duelo para encontrar alivio y levantarse de nuevo.

"Todas las teorías y toda la ciencia del mundo

no pueden ayudar a nadie tanto como un ser humano

que no teme abrir su corazón a otro."

 

Muerte digna

 Cuando se recibe el diagnóstico de enfermedad terminal, el enfermo y su familia experimentan un intenso sufrimiento y empiezan a vivir la pérdida. El objetivo de la ciencia médica es recuperar la salud del paciente y de los cuidados paliativos es considerar los aspectos físicos, psicólogícos y espirituales, ambos se encargan de respetar la dignidad del moribundo durante la enfermedad.

La unidad de cuidados palitivos requiere un equipo que incluye: personal médico, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos, tanatólogos y guías espirituales, cuya función va dirigida a un enfermo cuya expectativa no es la curación.

El hospice, en un ambiente independiente del servicio médico hospitalario, se encarga del cuidado de un paciente moribundo para controlar los síntomas más que la afección y atiende tanto al enfermo como a su familia. La muerte no es un estado, sino un proceso, durante este período, el objetivo principal del equipo es la atención integral para mejorar la calidad de vida, llevar a cabo el duelo para alcanzar una muerte digna y tranquila. El ser humano muere porque esta vivo y vivir cabalmente, lo lleva a morir con serenidad, libre de ansiedad y de manera digna. Una persona muere como ha vivido, de modo que bien morir se consigue por medio de un bien vivir.

"La muerte, tiene sentido...

 si la vida, tiene sentido"

Religión y ciencia en el duelo

 La religión tiene que ver con el anhelo de trascender, mientras que la ciencia aborda el estudio de la dimensión espacio-tiempo. El estudio del aspecto fenomenológico corresponde a la ciencia, pero éste es sólo una parte de la realidad.

Ciencia y religión se pueden complementar, ya que la primera, sin una visión espiritual, es estéril y la segunda, con ayuda de la ciencia, mantiene los pies en la tierra mientras observa el cielo. Es necesario el respeto al sistema de creencias y las tradiciones culturales del paciente.

Por ello, de acuerdo con la práctica religiosa del paciente, es importante dejar abierta la posibilidad de ofrecer asistencia religiosa en alguna etapa del proceso de duelo.

 

"El hombre que se levante por encima de su dolor,

para ayudar a un hermano que sufre,

trasciende como ser humano".

 

Tanatología y logoterapia

 Los estudios de la tanatología y logoterapia pretenden dar sentido a la muerte y crear conciencia de la trascendencia centrada en el sentido de la vida, esta última se encarga de devolver el valor a esta relación.

Encontrar el sentido a la vida, es importante para una persona cuando estar viva no es razón suficiente para sentirse satisfecha y con ganas de continuar en este mundo. Victor Frankl, en su libro El hombre en busca de sentido,  pone de manifiesto que es necesario tener un motivo para vivir y Elisabeth Kübler-Ross en su libro La rueda de la vida, establece el principio de que el ser humano es mortal y sirve de apoyo para la revaloración de la vida.

Es importante para el doliente llevar a cabo su propio duelo y aprender a vivir plenamente en el momento presente. La tanatología y la logoterapia, son técnicas de tratamiento que ayudan a una persona a desarrollar a partir de la percepción de la muerte, una interpretación de la vida. El paciente, antes de ser enfermo es persona. Todas las experiencias en la vida del ser humano están ligadas entre sí, por esta razón la experiencia de muerte, permite dar sentido a la vida.

La contribución de ambos, Viktor Frankl y Elizabeth Kübler Ross, considera que una persona puede encontrar el sentido a su vida y morir dignamente.

"Solo cuando realmente sabemos y entendemos

que tenemos un tiempo limitado en la tierra,

y que no tenemos manera de saber cuándo se acaba nuestro tiempo,

entonces comenzaremos a vivir cada día al máximo,

cómo si fuera el único que tenemos".