Algo que decir: El origen del caos

¿Es el odio la herencia de Trump?, ¿su paso por la oficina oval deja una estela de fracasos?

Coatzacoalcos - Minatitlán - Sur | 2021-01-15 | Francisco E. Heredia Quintana

El caos llegó a las puertas del recinto, el fuego, los ánimos encendidos, los gritos... la violencia trepó por los muros y se extendió por los pasillos del Capitolio como una plaga volátil, venenosa y destructiva.

La marea de simpatizantes pro Trump evidenció en este día histórico, cómo un líder puede persuadir a las masas y encender con tuits una mecha y quizá contribuir a detonar la revuelta, la insurrección y el odio.

Sin embargo, sería carente de profundidad un análisis el que sólo se culpe a Donald Trump de estos hechos, un solo individuo no tiene tal poder y es aquí donde hay que observar a distancia, dejar un momento la visceralidad, esperar el transcurso de un par de días de estos hechos para digerirlos y así distinguir que los medios de comunicación y las redes sociales , son esa pieza que falta en este escenario de volatilidad, donde la opinión pública se moldea al ritmo de unos cuantos, manipulando el discurso televisivo, la conversación en las redes...construyendo un mensaje que sólo muestra lo que les interesa que se vea y no brinda a la audiencia los elementos necesarios para apreciar los diversos actores de un hecho social, los participantes de un momento político, sólo muestran aquello que garantizará muchas reproducciones de videos, rating, likes...y por supuesto todos estos esfuerzos mediáticos buscan fabricar una polémica en la que se construya un villano sobre el que caigan todas las culpas, acusaciones y sea blanco de ese odio que se fermenta al compás de los medios de comunicación y de las redes sociales.

Hay fotografías y videos de lo que se vivió al interior del recinto legislativo de EEUU, algo que muchos calificaron  como un golpe a las instituciones, un asalto a la libertad, y de repente un país primermundista vivió algo que parecía tan lejano, una jornada de anarquía,  un momento de "gran deshonor y vergüenza", como lo determinó el expresidente Barak Obama.


Esa multitud vandálica, esos hombres y mujeres que allanaron oficinas, que causaron destrozos, ¿representan el rostro de la herencia de Trump?, ¿Es un hombre el origen de esa ira?, o acaso esta multitud ¿no es más que el resultado de todos esos contenidos que se han diseñado estratégicamente en los medios de comunicación? ...Un hombre, encapuchado , con el mayor desenfado se sentó en la silla de la presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi, dejando un mensaje amenazante, otros más se introdujeron en el recinto legislativo llevando de estandarte la bandera confederada considerada símbolo del racismo, del supremacismo blanco, la turba durante cuatro horas se apoderó del lugar y el mundo observó una jornada impensable: policías desenfundando sus armas, la clase politica corriendo despavorida, refugiándose , escondiéndose...pero hay que ver más allá de estas escenas apocalípticas, ejercer una mirada más profunda a estos hechos y escarbar en la profundidad de un momento social que no está siendo del todo retratado tal cual es.

Gas lacrimógeno en la Cámara de representantes, disparos, violencia, destrucción y muerte...Al final las autoridades reportaron cinco muertos, entre ellos una mujer baleada por la policía del Congreso, y 52 detenidos, también se recuperaron al menos cinco armas.

Ante la violencia, Washington DC decretó toque de queda, líderes de todo el mundo condenaron la violencia en el Capitolio y llamaron a defender la democracia de Estados Unidos, los medios de comunicación se dieron vuelo en una cobertura donde los titulares redundaban en las palabras asalto, insurrección, sedición, odio, terror...todos funcionando como una maquinaria cuyos engranes eran aceitados por ese mensaje de comunicar y mostrar sólo el caos, sin plantearse cuál es el verdadero origen de este, cuales son los diversos detonantes de un movimiento social, de actos de vandalismo o de violencia.

LOS DETENIDOS

Días después se conocieron los detalles de los manifestantes detenidos Jake Angeli, quien fue vestido un guerrero sioux, uno de los pueblos nativos más icónicos de América del Norte, es conocido como "Q-Shaman" o "Yellowstone Wolf", fue detenido bajo cargos de entrar a un edificio público sin autorización, así como de entrada violenta y conducta desordenada.

También fue arrestado un hombre que fue fotografiado en la cámara del Senado vestido con ropa militar y con esposas plásticas, al igual que el hombre  que se robó el atril de la líder demócrata en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y el que se fotografió en el escritorio de esta. También Aaron Mostofsky, el hijo un importante juez de Nueva York fue detenido.

 


También ha sido detenido y encausado Derrick Evans, el hombre que se grabó a sí mismo  gritando en un vídeo: "¡Estamos dentro, estamos dentro! ¡Derrick Evans está en el Capitolio!", y que ha resultado ser un miembro del Partido Republicano y recientemente elegido como diputado local en el legislativo de Virginia Occidental. Tras el escándalo, Evans dimitió. Otro de los identificados ha sido Lonnie Leroy Coffman, un hombre de 70 años de Alabama que asistió a la manifestación en una 'pick-up' cargada de un rifle de asalto M4 con multitud de recargas preparadas, tres pistolas de mano y 11 jarras llenas de napalm casero.

Los detenidos no parecen tener una profunda convicción política o al menos no poseen la visión de expresarla de maneras formales o institucionales, su objetivo fue buscar el desorden, el protagonismo, invadir un edificio y causar destrozos en él, y eso no es manifestar un posicionamiento social o político ni mucho menos es la correcta manera de expresar su opinión sobre los resultados electorales.


EL SHOW DEL SEGUNDO JUICIO POLÍTICO

Días después los medios de comunicación del mundo y memes en redes sociales destacaron lo que calificaron histórico: Donald Trump sería sometido a juicio político y además destacaban que ha sido el único presiente en vivir en su mandado dos procesos de este tipo... sin embargo los titulares dejaron de lado varios detalles, uno de los más importantes la declaración de Mitch McConnell, líder de la mayoría en el Senado de Estados Unidos, quien comentó que el juicio polític ocontra Donald Trump no ocurrirá mientras siga siendo presidente.

McConnell señaló que no hay tiempo en el Senado para hacer el juicio que tomaría varios meses; además que no harán un periodo extraordinario para el tema. No hay posibilidad de un juicio "justo" hasta que Trump deje el cargo', aseguró tajante. Pero su postura oficial fue ignorada o minimizada, resultó más atractivo construir titulares, desarrollar una cobertura periodística destacando la "insurrección" en el Capitolio y priorizando la decisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó a favor de un juicio político contra el presidente pero que ese voto es sólo el inicio y no el paso definitivo de un proceso más largo para llegar a la ejecución del juicio político

LA HERENCIA DE TRUMP

Cómo termina Trump este capítulo, quizá como un líder desdibujado, superado por su egocentrismo y soberbia, cómo un hombre que deja una huella penosa que brilló un tiempo con ese discurso nacionalista y poco a poco fue cayendo en el extremismo, Trump escarbó en lo profundo de una de las sociedades más multifacéticas del mundo, encontró el momento preciso para insertar su mensaje en las entrañas de una nación diversa, cosmopolita, pero frágil, su narrativa de emancipación del estilo de vida estadounidense lo colocó como el estandarte, como el artífice de esas voces que aún en estas épocas sostienen la idea de supremacía, de la superioridad determinada por el color de piel, raza, o el poder adquisitivo... Sin embargo el "efecto Trump" tuvo sus interpretaciones a nivel mediático y probablemente para muchos medios fue muy fácil etiquetarlo como el villano de la historia moderna y para las audiencias del mundo fue también muy sencillo y burdo darle esa distinción.


La era Trump se diluye y ahoga en su propia esencia de extremismo y por momentos no se percibe un sólido legado y al final de todo hay que preguntarse de donde vino todo ese caos, qué desató la violencia y aunque a muchos no les agrade hay que aceptar que Trump no es absoluto culpable, no es ese villano caricaturesco que nos deleite al enumerar sus defectos o errores.

Hay más participantes en la escena y quizá algunos ejercen un poder lleno de soberbia y censura con un estilo más sobrio o "elegante" pero al final es hacer un despliegue que manifieste el dominio que se desea ejercer - sí , me refiero a Zuckerberg- , hay que analizar si los gobiernos, los sistemas políticos del mundo están dispuestos a consentir que los criterios de regulación de contenidos de una red social sean más relevantes que tratados internacionales de la libertad de expresión o que un organismo empresarial sea quien dictamine los criterios para censurar en un entorno tan libre como es el internet.

En este rompecabezas hay otras piezas que desde el anonimato de alguna oficina muevan los hilos del discurso en los noticieros mostrando así una realidad maquillada, articulada con objetivos específicos donde es evidente que el interés no es informar sino dar una interpretación sesgada de la realidad a las audiencias, entonces el origen del caos de este día en el Capitolio cuál es? , ¿acaso nosotros mismos somos el origen del caos y la intolerancia?,  porque no tenemos esa capacidad de discernir, de analizar y solo engullimos todo lo que se nos presenta.

No, no tengo la respuesta integral, sobre cuál fue el origen del caos en este día, sin duda estos acontecimientos tienen más de una lectura, y espero que este texto les motive a buscar su respuesta, a construir su propia interpretación de este y otros hechos y no asumir como verdadera aquella "verdad" que es dictada por los grupos o individuos en el poder de los medios de comunicación y las redes sociales.

Lo triste será admitir que, aunque ya no veamos en un tiempo en la escena politica a ese hombre del bronceado naranja y cabello amorfo, tendremos que aceptar su ausencia no extinguirá instantáneamente el caos de una nación y entonces espero que en nuestra conciencia se murmure la pregunta ¿Cuáles son esas fuerzas que articulan esfuerzos para afectarnos como sociedad?, ¿Cuáles son sus intereses y como los manifiestan en sus pantallas?,  entonces , el origen del caos ¿son ellos o somos nosotros mismos?

heqfe@hotmail.com

 
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