Veracruz | 2023-02-02
Este próximo 5 de febrero, en México se celebran 106 años de la promulgación de la Constitución Política de 1917 que entró en vigor en mayo de aquel año. Una Constitución que a la fecha ha sufrido cerca de 700 reformas, muchas de ellas favorables y otras realmente lamentables. Hoy más que nunca el constitucionalismo muestra la importancia de hacer valer lo ahí plasmado, más allá de continuar reformando desmedidamente, afectando y contraponiendo los preceptos legales ahí establecidos.
A 106 años es urgente involucrar a la sociedad en los procedimientos de reforma constitucional, pues a lo largo de la historia es precisamente la ciudadanía quien menos ha participado. En un régimen democrático la participación de la mayoría es importante y no solo de un régimen minoritario que en el camino se ha equivocado con reformas al vapor que en poco favorecen a la sociedad y que buscan más el beneficio personal o de grupos.
Transformemos, ciudadanicemos y democraticemos el constitucionalismo que a lo largo de la historia se ha modificado y que poco ha redituado en favor de la sociedad. A 106 años de la Carta Magda de 1917, la nota característica aún vigente pero múltiplemente reformada, es haber agregado en aquel entonces, por primera vez un contenido social, al incluir principios como la libertad del trabajo; el establecimiento de una jornada máxima de 8 horas; la prohibición del trabajo industrial para mujeres y niños; la creación de un capítulo especial en materia agraria, que establecía que la propiedad originaria corresponde a la nación, tanto en tierras como en aguas.
Además, la Constitución mexicana de 1917 fue la primera en el mundo que consignó derechos sociales agrarios, económicos y de trabajo, propiciando la transformación estructural progresista del Estado contemporáneo al encomendarle funciones sociales independientemente de sus funciones públicas. Más tarde habría constituciones que agregarían a sus contenidos los derechos sociales, tomando como ejemplo la Constitución Mexicana.
De ahí con el trascurrir de los años, se avanzó y se fue más allá de las garantías sociales para pasar a las garantías individuales. Hoy ambas se armonizan para hacer realidad la igualdad y la libertad del ser humano. Sin lugar a duda, los cambios y la evolución del Derecho constitucional van de la mano de la historia de un país y como ejemplo la Constitución de 1917, influenciada por diferentes momentos históricos.
El liberalismo social que México imprimió en su texto constitucional de 1917 concilia por primera vez en una Ley Fundamental, los derechos individuales y los derechos sociales; además entre sus contribuciones se destaca la proclamación del municipio libre como la base de la organización política territorial.
Refrendó la división de poderes en Ejecutivo, Judicial y Legislativo; este último se dividió por primera vez en cámaras de Diputados y Senadores y de igual manera ratificó el sistema de elecciones directas y anónimas, y decretó la no-reelección; convirtió al Estado en actor principal de la vida política al asumir como su responsabilidad la vigilancia de las garantías plasmadas en ella.
De ahí a la fecha casi 700 reformas que fueron plasmando avances como la de 1953 que otorgó el voto a las mujeres como un derecho. Hoy mas que nunca es urgente la participación ciudadana en el constitucionalismo mexicano.