Lo que empezó como un sueño en busca de una mejor calidad de vida, se convirtió en la peor pesadilla para Verónica Jiménez Ruiz, vecina del municipio de Cosoleacaque, paciente diabética que, en 2023, decidió probar suerte junto a su familia al viajar a Tijuana, Baja California.
Aunque todo marchaba bien, a finales del año ya referido tuvo la molestia por una ampolla en el pie derecho, situación de riesgo para ella por su padecimiento.
“A mí me regalaron unas sandalias, el día que me las puse nada más caminé una cuadra con las sandalias, y me salió una ampolla. Acudí a mi unidad médica, me dijeron que estaba bien, que estaba seca, que no había problema, me regreso a mi casa y a los cuatro días se me “maduró” más; voy y acudo a urgencias, ya no a cita médica, ahí me dan un papel para ir a la clínica de especialidades, la clínica 35.
Ahí me dijo una doctora que nada más con tratamiento, que no era necesario hacer placas ni nada, que con tratamiento se curaba. A los cuatro días me vuelve otra vez a salir la ampolla, pero ya más grave, y vuelvo a acudir y me quedé internada”, relató el ama de casa.
Fue el 19 de septiembre cuando fue ingresada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la clínica número 67, siendo atendida por un médico que le refirió saldría de alta al día siguiente, recordando, que fue el único doctor que la vio hasta el día 2 de octubre cuando se presentó un especialista en angiología.
“Cuando él me atendió (médico especialista) me dijo que ya no había solución en la pierna, que me la tenía que amputar, y para eso, el viacrucis de conseguir donadores, me demoré 11 días para conseguir donadores y el día 13 de octubre me operaron y me amputaron mi pie”.
Visiblemente afectada por la situación, agregó que, al desmoronarse todos los planes, ella y su familia tuvieron que regresar a su natal Cosoleacaque, llegando a rentar una vivienda en el fraccionamiento El Vergel, sin el más mínimo de los enceres, pues antes de marcharse vendieron todo.
“Necesito ayuda económica, yo uso pañales para adultos, necesito unos cubremuñon que no los he podido comprar, y pues lo básico en casa, no tengo ni refrigerador ni estufa, cosas así que es lo que yo necesito”.
Mientras que su esposo atraviesa por una situación muy complicada, saliendo a las calles para desenvolverse como comerciante, luchando por encontrar un ingreso estable que le permita recuperar la tranquilidad.
La afligida mujer hace el llamado a la ciudadanía para ser apoyada con recursos, dejando a la disposición el número de tarjeta 5512-3824-1695-1756, junto al whatsapp 922-234-08-45.
A pesar de la adversidad, Verónica destaca que cuenta con una buena visión y sus dos manos, por lo que está dispuesta a realizar manualidades y otras ventas, tal como lo ejecutaba antes de la desgracia de perder su extremidad.
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