Víctima de insuficiencia renal, Raymundo Olán Olán lucha por sobrevivir en medio del olvido y las adversidades que le dejan radicar sin servicio de energía eléctrica y en precarias condiciones bajo la ayuda de “Jehová”, como él se refiere a Dios.
El hombre de 57 años, habitante del callejón El Arroyo y la calle Tamaulipas de la colonia Congreso, Constituyente, combate todos los días en la travesía que representa sostenerse en soledad, y con la esperanza de un día reunirse con su esposa y sus tres hijas, producto del matrimonio, pero las que a la fecha radican en el municipio de Las Choapas, junto con la familia de la dama quien también recibe cuidados por tema de enfermedad.
Desde hace un año, Raymundo vive dializado y literalmente atado a unas muletas, que le dan el sostén para moverse en una improvisada casa compuesta por láminas, madera y hules.
Durante la vida productiva, Raymundo se dedicó al tema de la construcción, y en la pandemia del Covid-19 logró salir adelante recogiendo basura con ayuda de un triciclo que recientemente vendió para cubrir algunos gastos.
Al ser un trabajador independiente, “Ray” nunca se hizo derechohabiente a una institución médica o de otra índole, recordando que gracias a la asistencia social que recibió por el Gobierno Municipal de Cosoleacaque, logró empezar con el tratamiento de diálisis.
Con lágrimas en los ojos, reconoció que su situación en lo general es grave, pero agradeció la vida que le brinda Jehová.
“Tiene un año que me estoy dializando, en este mes me hallaron peritonitis, una infección que si no me la curo, afecta otros órganos”.
Hoy día el paciente está requiriendo ayuda en especie, en efectivo o lo que se pueda colaborar con la idea de proseguir en la lucha que enfrenta.
Entre la oscuridad, Raymundo narró que duerme en un viejo colchón cubierto por un pabellón que lo protege de los sancudos y otros animales rastreros provenientes del pantano y arrollo de aguas negras que rodea el techo que lo cubre.
Y es que uno de sus vecinos al ver las precarias condiciones de Raymundo, optó por compartirle el servicio de energía eléctrica, pero finalmente la persona murió y con ello se canceló el apoyo quedando de nuevo entre las tinieblas.
A pregunta expresa, el paciente dijo que desde las 6 de la tarde que cae el sol, decide encerrarse y protegerse de los moscos, teniendo un poco de visibilidad con una lámpara y veladoras.
“Allí estoy acostado adentro rogándole a mi Dios que me de fuerzas para seguir”, expuso el vecino de la colonia Congreso, el cual, hoy día sobrevive con la caridad de los vecinos que le asisten con un plato de comida y agua.
Entre las tantas cosas que hacen falta, es medicamentos, material de curación, agua de garrafón y el auxilio para el procedimiento médico que se realiza en busca de continuar con vida.
Para el caso de donaciones o información, queda a la disposición el número celular 922-122-96-20, propiedad de uno de sus benefactores.
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