Cuando algunas personas que caminan en las banquetas de la calle Francisco I. Madero tratan de incorporarse a las de la calle Obrera, en pleno centro de la ciudad, esto resulta imposible porque los cruces están invadidos de motocicletas.
En este punto, conocido popularmente como ‘el molino rojo’, los peatones tienen que descender al arroyo vehicular y rodear las motocicletas o automóviles que se estacionan en la curva, diseñada de esa manera para que los carros se incorporen más fácilmente hacia el puente 28 de Septiembre.
Anteriormente estaba señalizado con pintura el ‘paso de cebra’, pero debido a la baja calidad de la misma, este se borró rápidamente y solo quedan algunos vestigios a contra luz; tampoco hay letreros en la zona, pues el reglamento es claro sobre la prohibición de estacionarse en las esquinas de las calles.
El problema es que en Agua Dulce las costumbres se vuelven leyes, así hay muchas violaciones al reglamento de tránsito, comercio y otras áreas, que son toleradas por la autoridad a pesar de estar evidentemente mal.
Por esa razón los comerciantes solicitan a Tránsito del Estado que aplique el reglamento y retire las motocicletas de este punto, pues solamente cuando ocurra un accidente donde alguien resulte lesionado por ser atropellado, es cuando la autoridad buscará remediar la situación y será demasiado tarde.
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