Las lluvias ocasionales han convertido a los floreros y bóvedas de los cementerios en verdaderos criaderos del mosco aedes aegypti, vector transmisor del dengue, Zika y Chikunguya.
En un recorrido realizado en el cementerio de ‘Los Jubilados’ al menos el 20% de las tumbas los floreros de cemento no están rellenas de tierra, lo que permite contener agua limpia por varias semanas.
Incluso, las bóvedas que no cuentan con las placas de concreto almacenan decenas de litros de agua, convirtiendo las criptas en verdaderas piletas donde el mortal mosco se estaría reproduciendo.
Estas condiciones adversas son provocadas por los mismos familiares de los fallecidos, debido que son los responsables directos de dar mantenimiento a las tumbas.
A pesar que se aplican las medidas de fumigación de manera periódica para el control del mosco, las condiciones de reproducción superan los esfuerzos preventivas.
Por tal motivo, se espera que los responsables de estas tumbas, puedan cumplir con las acciones que eviten la reproducción del peligroso mosco.
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