La tía Bernardina, heredera del arte de elaboración de diversas obras, el modelado y alisado, la decoración con almagre y la cocción de piezas de barro negro convertido en alfarería blanca, ha partido al más allá y su su fallecimiento, ha enlutado al sector artístico de la región olmeca, nahuatl y popoluca de la zona de Soteapan y Cosoleacaque.
Su deceso por causas naturales ocurrió en la tarde de este 26 de noviembre, acabando con una importante herencia cultural y artesanal del sotavento veracruzano.
Partera y alfarera, Bernardina Francisco Hernández partió a los 88 años de edad, desde su lugar de origen, Oteapan, lugar donde naciera el 15 de noviembre de 1936.
La alfarería suya incluida grandes obras mediante la elaboración de cántaros, sahumerios o copaleros (tejuastes) y comales, que se basaba en barro negro y se convirtía en arte mediante la alfarería blanca.
Participó en concursos y exposiciones locales, regionales y nacionales. En el 2008 obtuvo el apoyo del programa de apoyo a las culturas municipales y comunitarias /PACMYC) para el proyecto "Taller de alfarería tradicional en Oteapan", desde donde enseñaba el arte a ciudadanos, familias y a todo aquel que quisiera aprenderlo.
En agosto del 2013, dentro del V Concurso de Textiles y Maderas del Sur de Veracruz, organizado por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) y la Dirección General de Arte Popular, en Cosoleacaque, logró el primer lugar, en la categoría de Alfarería, con su pieza "Cantarito de barro blanco", en el que compitió con 158 artesanos de distintas partes del estado y del país.
Posteriormente obtuvo diversos reconocimientos estatales y nacionales por su labor en la alfarería.
Le sobreviven sus hijos, Angelina, Florinda, Hilaria, Nicolás Luria Francisco. Era velada este miércoles, en su domicilio de la calle Nicolás Bravo numero 34 de la colonia Adolfo López Mateos de Oteapan.
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