Doña Laura Milagros González no solo ha tenido que librar ser madre soltera, si no también, las dificultares para encontrar escuelas especiales donde su hijo, Juan Carlos, pueda desarrollarse académicamente y tener un futuro mejor que pueda superar, una inmadurez cerebral y y trastorno de difícil atención que su hijo padece desde hace 23 años, en que nació.
Juan Carlos es un joven que gusta viajar y conocer otras ciudades y estados y por eso, su sueño es iniciar en breve la universidad en una ciudad distinta a Acayucan para superarse. Está a punto de concluir la preparatoria en el Centro de atención para estudiantes con discapacidad (CAED) del Centro de bachillerato tecnológico industrial y de servicios (CBTis) número 48 de Acayucan, donde se graduará en agosto próximo una vez que apruebe el proceso de aprendizaje que le llevó cuatro años, doce meses más que un periodo ordinario o común dentro del sistema medio superior.
Doña Laura sobrevive mediante dos oficios, la de empleada en un puesto de antojitos y la otra, de costurera de bolsos, moños y todo tipo de accesorios que pueda realizar mediante los bordados.
Su mayor anhelo como madre de familia, es darle a su hijo Juan Carlos, las herramientas para que ante su ausencia, pueda valerse por si mismo y por eso, ha hecho todos los esfuerzos para que se prepare académicamente en forma especial por la discapacidad cerebral que tiene.
En una plática para Imagen del golfo, en su domicilio ubicado en la calle Calle de la Rosa número 220, entre Corregidora y Vázquez Gómez en el Barrio Villalta; explica que fue madre de dos hijos, una mujer que actualmente tiene 26 años de edad y que vive fuera de Acayucan al haber decidido formar una familia; y Juan Carlos, quien nació con un trastorno de difícil atención e inmadurez cerebral que la ha llegado a diversos escenarios médicos y académicos.
Así, una vez detectada la enfermedad, doña Laura decidió que su hijo cursara la primaria en el Centro de atención múltiple, Margarita Nieto Herrera, donde estuvo 5 años para luego acudir a una escuela primaria ordinaria.
La dificultad vino para que Juan Carlos estudiara la secundaria, pues en esta zona solo existen dos con una unidad de servicios de apoyo a la educación regular (USAER), que está en Oluta y Soconusco, optando por éste ultimo plantel, donde hace apenas cuatro años, concluyó esa etapa educativa para iniciar la educación media superior, el Centro de atención para estudiantes con discapacidad (CAED) del Centro de bachillerato tecnológico industrial y de servicios (CBTis) número 48 de Acayucan.
“Tenemos que seguir luchando, en especial a muchas mamas que tienen hijos con discapacidad, que no se rindan, es una lucha constante, de mucha paciencia, de mucha resilencia de seguir adelante por ellos, porque el día en que les faltemos, los dejamos con armas para que ellos luchen” dijo doña Laura, en un mensaje dirigida a las madres que tienen un hijo con discapacidad.
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