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Doña Rosy; entre el cacao y el maíz, se hizo muy conocida por su tradicional pozol

Su sabor es exquisito debido que se prepara en el momento que el cliente pide un batido o un kilo de pozol

Agua Dulce Ver. | 2022-08-30 | Miguel Ángel Rodríguez
Doña Rosy; entre el cacao y el maíz, se hizo muy conocida por su tradicional pozol
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Entrar a la cocina de doña Rosy Vicente es una ‘experiencia única’, el olor del cacao y del maíz que se entremezclan se percibe desde que uno pone el pie en la banqueta.

Ella es ampliamente conocida en esta ciudad por la venta de pozol, a pesar que ella es nativa de Oaxaca prepara la bebida tabasqueña de origen mesoamericano.

No tiene ni un día de descanso, de lunes a domingo se despierta a las 4:00 de la madrugada para tostar el cacao y cocer el maíz para venderlo por kilo o en batido.

Desde las 7:00 de la mañana comienzan a despachar y terminan hasta las 17:00 horas, por lo que tuvo que contratar a dos mujeres más para que le ayuden a prepararlo.

Narró que tuvo la iniciativa de preparar el pozol desde que una cuñada le regaló un molino eléctrico, después aprendió a como tostar el cacao y desde el año 2007, vende este producto en el patio de su casa, donde instala una mesa y vende dulces tradicionales.

Doña Rosy vende la bebida que la civilización maya lo llamó buk’a y los tabasqueños la conocen como ‘chorote’, la cual es buscado por personas que provienen de colonias alejadas, sino también de otros estados.

La diferencia del pozol de doña Rosy, es que en el momento que se pide un kilogramo o un batido, se prepara al instante, por ello su casa no necesita de ningún aromatizante, debido que huele todo el día a cacao fresco.

En la estufa, tres hornillas se encuentran calentando el cacao, el tronar de la cascara se entremezcla con el molino que tritura el maíz hasta dejarlo en una fina masa, mientras las manos de doña Rosy ‘danzan’ con destreza hasta alcanzar la consistencia que se requiere.

Al preguntársele si no se cansa de esta labor, porque trabaja todos los días, aseguró que ella quisiera cerrar su negocio, sin embargo, es la misma clientela que la busca y la alienta a que no deje de vender la bebida energética y refrescante.

Incluso, para muchos trabajadores del volante y obreros, el pozol es su comida del día, debido que pueden pasar varias horas sin tener hambre por tomar el litro de batido.

Doña Rosy es una mujer muy amable que atiende todo el día su negocio a pesar de tener un problema en la pierna derecha, sin embargo, al entrar a su cocina se observa a una mujer sin dolencia y con la alegría de preparar la bebida mesoamericana, considerada incluso como  la “preferida por los dioses”.

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