La persona encontrada fallecida el pasado domingo en la playa de la congregación de Tonalá fue identificada oficialmente como César Gómez, y su muerte ha sido catalogada como accidental, descartando la posibilidad de un hecho violento intencional.
El hallazgo generó suspicacias inicialmente, debido a que el cuerpo portaba zapatos a pesar de haber estado en las aguas del Golfo de México, lo que llevó a especular que podría tratarse de un homicidio y que el cuerpo había sido arrojado en la zona tras fallecer en otro lugar.
Sin embargo, fuentes policiales confirmaron que la autopsia reveló la presencia de agua en los pulmones, indicador claro de ahogamiento. Además, no se encontraron heridas externas que sugirieran algún tipo de agresión o violencia.
César Gómez, quien era sordomudo y padecía esquizofrenia, tenía antecedentes de salir de su hogar y permanecer desaparecido por días. Se cree que el domingo por la mañana abordó un taxi en el sitio ubicado en la calle Álvaro Obregón, cercano a su domicilio, que lo llevó a la congregación de Tonalá.
Una vez en la costa, ingresó al mar y en algún momento ocurrió el accidente que le costó la vida.
El cuerpo recaló por la tarde en la zona donde desemboca el río Tonalá, y tras la conclusión de las investigaciones, se encuentra listo para ser entregado a su familia, quienes podrán realizar la sepultura bajo los ritos que consideren apropiados.
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