Los hombres del campo aportan a sus cultivos nuevas técnicas para el mejoramiento del suelo a través de microrganismos para fortalecer la agricultura y alcanzar la autosuficiencia.
Héctor Vidal Esquivel, ha dedicado más de la mitad de su vida a la labranza, comenzó cuando junto a su padre Don Rutilo Vidal Salazar sembraron una mata de mango.
Desde entonces ha buscado las mejores alternativas para alcanzar una alta calidad de la faena a través de los fertilizantes orgánicos y sin químicos que finalmente terminan dañando a la tierra y al cultivo.
Desde hace unos meses, comenzó a fumigar sus siembras con biol, que es el resultado de la fermentación de diversos materiales naturales y que es hacinado en tambos de 200 litros que se cierra herméticamente donde inicia la descomposición y transformación de los residuos orgánicos.
Después de dos meses es abierto para ser vertido a las plantas con bombas aspersores, vigorizando el crecimiento de todos los sembradíos.
Vidal Esquivel, detalló que el biol es un potente abono foliar que incrementa y estimula el óptimo crecimiento y el desarrollo de los cultivos.
Recomendó este procedimiento natural para el cultivo en patio de las casas, ya que en la ciudad se siembran árboles solo por la sombra, por lo que recomendó a sustituirlos con los frutales que también
protegen de los rayos del sol y les genera productos que puedan comer.
Abundó que de esta manera las familias pueden alimentarse y reducir los costos en la adquisición de estos productos que se ofrecen en las cadenas de tiendas con altos costos.
En el rancho Hidalgo y Cortez, es el campo experimental donde se desarrollan esta misma alternativa para el fortalecimiento del campo a través de microrganismo con el cual se mejora el suelo para el crecimiento de las plantaciones de árboles frutales, maderables y agroindustriales.
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