"Desde el primer segundo supe que todo estaba mal; yo pedía que me movieran los pies, pero no sentía nada, supe que algo andaba muy mal", relató Ángel Eliud, a 15 años de distancia cuando una bala perdida atravesó su columna vertebral, dejándolo parapléjico y atado a una cama desde la que sigue luchando para que su hija, hoy de 22 años, termine su ingeniería.
El hombre de barba recordó aquella madrugada del 7 de septiembre de 2009, cuando su jornada estaba a punto de concluir en el desaparecido bar "Broken", establecimiento que se encontraba en su máximo auge entre la juventud de la época, cuando sobrevino la desgracia.
"Lo duro fue después para aceptarlo (paraplejia), y enfrentar la situación económica y todo esto; es muy difícil, tengo diabetes también".
El gatillo lo jaló un cliente al que sacaron cuando inició a comportarse de manera inapropiada; siendo un disparo que se realizó desde las afueras del inmueble asentado en la calle Roma de la colonia Nueva mina, el que dio en la espalda de Ángel Eliud que cayó al piso bocabajo.
Cuando socorristas de Cruz Roja llegaron previeron el peor panorama para el hombre de tez morena y ojos oscuros; su vida dio un giro total en un instante, iniciando así una batalla legal, de salud y mental que hasta hoy continúa.
"Mi situación económica es difícil, pero hay que seguirle: por ella (su hija) y mi esposa que es la que se ha quedado conmigo, ha aguantado y sufrido mucho en estos 23 años de matrimonio
Junto a Ángel sigue Guadalupe, su inseparable esposa, mujer que a pesar de la adversidad lo acompaña desde el primer momento de la desgracia que lo ató a una cama.
Con todo y las dificultades, Ángel sigue utilizando sus manos para pintar alcancías, hacer manualidades y todo lo que su imaginación le da.
La caridad de amigos, conocidos, de hermanos de la iglesia como él les llama, forma parte del sustento que le ha permitido sacar adelante a su familia y a su única hija, la que hoy día se esfuerza por llegar a titularse como ingeniera, con todo y los inconvenientes que ha representado la paraplejia de su padre.
A pregunta expresa del giro que le dio la vida aquella noche del 2009, respondió: "mucho muy difícil, lo duro viene con el paso del tiempo, con la situación".
De la persona que en su momento hirió a Ángel Eliud fue mínimo el tiempo que estuvo en los separos, alcanzando la salida sin imaginar qué tiempo después sería acribillado por solitario sicario que le arrebató la existencia en una probable venganza, ajena al hecho del hombre que hoy recuerda su historia a 15 años de distancia.
Él es vecino del callejón Gardenias de la colonia Playón Sur, con número telefónico: 922-192-05-61 el que con esperanza y amor recibe pañales víveres y recursos económicos.
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