Alteas Erisseau es un albañil que viaja con su familia por territorio mexicano desde hace aproximadamente seis meses, luego de haber abandonado su país, en enero del 2021.
En Tapachula, Chiapas, luego de varios meses, logró para su esposa y su hijo de siete años, un carnet migratorio expedido por el Instituto Nacional de Migración, que le permite, según él, viajar por la República Mexicana por un año. La credencial fue expedido el 27 de marzo de este año y vence en la misma fecha en el 2024.
Con rumbo a la Ciudad de México, donde tiene a su suegro trabajando desde hace meses; tomaron en Tapachula un autobús pero al llegar al modulo permanente de migración, que se ubica dentro de la autopista Cosoleacaque- La Tinaja, poco luego de las casetas de Acayucan, fueron detenidos junto con otros 9 extranjeros.
Mediante los vehículos oficiales, los haitianos fueron llevados a la estación migratoria donde, luego de casi 5 horas, las autoridades del INM determinaron dejarlos en libertad.
Junto con la familia de Alteas Erisseau, fue liberada otra pareja del mismo país, con un menor de edad y una madre con tres hijos adolescentes, pero éstos últimos, originarios de Africa del Norte.
A todos los habían detenido en el mismo lugar y luego, abandonados en la carretera Costera del Golfo, frente a la estación migratoria, donde estuvieron las cinco horas privados de su libertad.
Alteas Erisseau reclama que el dinero pagado para el viaje desde Tapachula hasta la Ciudad de México, que fueron 1400 pesos por cada miembro de su familia y El, se perdieron. Nadie se los compensará y ahora buscarán nuevamente otro autobús que los lleve a la capital de nuestro país.
Frente a la estación migratoria, perdidos, sin saber para donde tomar, caminaron varios metros hasta llegar a una estación de gasolina donde pidieron orientación y poder seguir su viaje hasta el centro de la República Mexicana, pero, los taxistas y autobuses de pasajeros de segunda clase, al ver que son migrantes, no se detienen.
El miedo de los transportistas a llevar a extranjeros, se centra en el peligro de ser detenidos por apoyarlos.
Desde la estación migratoria al centro de Acayucan, son más de dos kilómetros de caminata y hasta la terminal de autobuses, otros cientos metros mas bajo un calor que alcanzaba este jueves, los 40 grados de sensación térmica.
“A nosotros nos cobran mas, hasta en el super, un bus, un coche nos cobra mas nada más por ser haitianos” afirma, pero en este caso, por esa situación social, pareciera que no quisieran darle el servicio.
Esta situación lo viven a diario decenas de migrantes que luego de ser detenidos en el retén de migración de la autopista o en los retenes móviles de la misma dependencia, son llevados a la estación migratoria y una vez comprobado el permiso con que cuentan, son materialmente expulsados a su suerte a la carretera Costera del golfo, lejos de la zona urbana de la ciudad y sin poder recuperar el dinero que perdieron al ser bajados de los autobuses.
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