En la era digital, las estafas bancarias se han vuelto cada vez más frecuentes, y una de las modalidades más recientes es la “transferencia fantasma”, fraude que se presenta como una transacción bancaria legítima.
Las transferencias fantasmas son transacciones bancarias que parecen reales, sin embargo, son un engaño pues los estafadores utilizan técnicas avanzadas de ingeniería social, accediendo ilegalmente a sistemas bancarios para crear transferencias falsas.
Estas transacciones pueden aparecer en el historial de operaciones de la víctima, lo que las hace aún más convincentes; sin embargo, el dinero nunca llega al destinatario legítimo, sino que es desviado a cuentas controladas por los estafadores.
Para llevar a cabo estas estafas, los delincuentes pueden incluso lograr que las víctimas reciban notificaciones de estas transferencias, lo que hace que el fraude sea difícil de detectar a simple vista.
Para evitar caer en una estafa de transferencia fantasma, lo más importante es ser cauteloso y verificar cada paso:
Verifica la identidad del destinatario antes de hacer una transferencia, asegurándote de que la persona o entidad sea legítima. Es una buena idea comunicarse directamente con ellos por un medio seguro para confirmar los detalles.
También es crucial revisar minuciosamente los detalles de la transacción. Verifica que el número de cuenta y la información del destinatario sean correctos antes de confirmar. Usar medidas de seguridad robustas, como la autenticación de dos factores, la cual puede añadir una capa adicional de protección a tus transacciones.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recomienda estar siempre alerta y seguir estas prácticas para protegerse de posibles fraudes.
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