Niño del contenedor: Este es el origen de la desgarradora historia que puso en tendencia a Aguas Calientes

El caso del "Niño del contenedor" ha vuelto a poner a Aguascalientes en el foco de atención nacional e internacional.

Un trágico suceso que ocurrió hace más de dos décadas, el 12 de noviembre de 1999, y que hoy revive en la memoria colectiva tras la detención de los responsables, conmueve a la sociedad una vez más.

Todo comenzó cuando un pepenador, mientras realizaba su rutina diaria, descubrió una caja de cartón en un contenedor de basura. Lo que encontró en su interior fue desgarrador: los restos de un niño de cuatro años, Dhilan Randall Mercado González.

Este macabro hallazgo provocó una investigación que reveló que su propia madre, Liliana Lucero Mercado González, y su padrastro, Francisco Javier López González, eran los principales sospechosos del crimen.

Tras cometer el delito, la pareja huyó, logrando evadir la justicia durante 25 años. Sin embargo, en 2024, las autoridades lograron su captura en el estado de Quintana Roo, poniendo fin a su largo escape.

La noticia de su arresto ha sido recibida con alivio y satisfacción por los habitantes de Aguascalientes, quienes ven en esta acción el cumplimiento de una justicia que había sido negada durante años.

La indignación hacia la madre, quien fue cómplice del asesinato de su propio hijo, ha resonado con fuerza en las redes sociales, donde el caso ha vuelto a hacerse viral.

A lo largo de los años, la comunidad no olvidó al pequeño Dhilan. Su vecina, Margarita Alonso Castillo, conmocionada por la tragedia, decidió intervenir. Con el deseo de ofrecerle dignidad al niño, solicitó a las autoridades la posibilidad de adoptarlo post mortem para que pudiera recibir una sepultura adecuada.

Gracias a esta noble acción y con la colaboración del Registro Civil, se le otorgó una nueva identidad al menor, siendo rebautizado como Leonardo Misael Barranco Alonso. Bajo este nuevo nombre, el pequeño pudo finalmente obtener su acta de defunción y descansar en paz.

Leonardo fue sepultado en el mismo lugar donde años más tarde sería enterrada Margarita Alonso, quien falleció el 8 de enero de 2018. Juntos, yacen en el mismo cementerio, unidos por una historia que, aunque trágica, refleja el amor y compasión de una mujer que decidió hacer una diferencia.

Este caso ha generado un profundo debate sobre la justicia, el dolor y la importancia de la memoria. La detención de Liliana y Francisco, aunque tardía, ofrece un rayo de esperanza a una sociedad que lucha contra la impunidad y que busca proteger a los más vulnerables.