En la temporada de alegría y festividades, las tradiciones de Navidad se despliegan como luces brillantes en nuestros hogares. Uno de los elementos más icónicos es el nacimiento, un reflejo de la llegada del niño Jesús en un escenario que evoca la tierra y la naturaleza.
Sin embargo, hay una práctica común que, en realidad, está dañando nuestro entorno: el uso de heno y musgo en los belenes.
Aunque no lo creas, usar estos elementos debe evitarse por una importante razón que te explicamos más adelante.
El musgo forma parte de un grupo llamado briofitas, las cuales existen desde hace unos 480 millones de años, prácticamente se podría considerar de las primeras plantas que invadieron la tierra.
Estas plantitas forman una especie de tapetes con tallos postrados y ramificados que crecen lentamente sobre el suelo.
A pesar de que su tamaño es diminuto, la importancia ecológica es bastante. Lo anterior, porque el musgo se encarga de retener grandes cantidades de agua y al liberarla favorecen la infiltración de la lluvia, disminuyen la erosión y mantienen la humedad atmosférica.
Asimismo, proporcionan nitrógeno, captan dióxido de carbono, fósforo y otros iones importantes para otras plantas.
De igual manera, ayuda a que germinen semillas y sirven de hogar para microorganismos.
Aunque hay diversas especies, los tipos de musgo en el nacimiento que se usan comúnmente, son los Hypnum amabile y Thuidium delicatulum.
Debido al saqueo indiscriminado, de hasta 50 toneladas cada año, provoca que el suelo pierda nutrientes y no se recarguen adecuadamente los mantos acuíferos, en consecuencia, hay menos captación de agua potable.
También se considera que podría ser un buen aliado en la creación de medicina debido sus propiedades, ya que las briofitas tienen compuestos químicos prometedores en:
Esto quiere decir que el musgo proporciona más beneficios permaneciendo en los sitios donde crecen de manera natural.
El heno, ese forraje delgado y grisáceo que adorna los belenes, desempeña un papel crucial en la ecología forestal. Actúa como un captador de humedad, almacenando agua de lluvia y manteniendo el equilibrio hídrico en los bosques.
Su eliminación descontrolada podría desencadenar desequilibrios ambientales y afectar la vida de numerosas especies vegetales y animales.
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