El gobierno federal ha incluido dos nuevos polos industriales en Yucatán como parte del proyecto de los Polos de Desarrollo para el Bienestar. Este proyecto forma parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y busca fomentar la inversión y el crecimiento industrial en el sur-sureste de México.
Según el decreto 778/2024 publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se han autorizado los Polos Industriales del Bienestar en Yucatán: Progreso 1 y Mérida 1.
Estos polos se suman a los 10 ya existentes en el Corredor Interoceánico, estableciendo una conexión estratégica entre este proyecto, el Tren Maya y la ampliación del Puerto de Progreso.
La importancia de estos nuevos polos radica en su capacidad para atraer inversiones en once sectores industriales clave, incluyendo la industria eléctrica y electrónica, semiconductores, automotriz (con énfasis en electromovilidad y autopartes), dispositivos médicos, farmacéutica, agroindustria, energías limpias, maquinaria y equipo, tecnologías de la información y comunicación, metales y petroquímica.
Estos nuevos polos del bienestar estarán ubicados en el kilómetro 24.5 de la carretera Mérida-Progreso y en el Parque Cientifico y Tecnológico de Yucatán. Así mismo, el gobierno del Estado donará 110 hectáreas a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para el desarrollo de un parque multimodal del Tren Maya.
Para incentivar la participación del sector privado, el gobierno federal anunció una serie de estímulos fiscales atractivos para las empresas que decidan establecerse en estos polos. Entre los beneficios más destacados se encuentran la depreciación acelerada durante los primeros seis años, permitiendo a las empresas recuperar más rápidamente sus inversiones en activos fijos y diferidos.
También estipuló la exención del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en transacciones dentro de los polos y entre ellos durante los primeros cuatro años, así como la exención total del Impuesto Sobre la Renta (ISR) durante los primeros tres años, con la posibilidad de extenderse por tres años adicionales, ofreciendo una reducción de hasta el 90 por ciento en función de variables como la creación de empleo.
Por su parte, el Gobierno del Estado de Yucatán complementó estos incentivos federales con beneficios adicionales, como la exención del 100 por ciento en el impuesto cedular sobre la obtención de ingresos por actividades empresariales durante los primeros cuatro años, seguido de una reducción del 50 por ciento en los años subsiguientes.
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