Si consideras que el recibo de la luz eléctrica que te llega no corresponde a tu consumo, es probable que se estén colgando de tu instalación con los famosos diablitos.
Aquí te explicamos cómo identificar dicho inconveniente y cómo denunciar ante la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Una de las formas más comunes de robo de luz son los llamados “diablitos”. Estos dispositivos tienen dos terminales: una positiva y otra negativa. Al desviar la corriente eléctrica que pasa por las terminales, hacen que sea registrada dentro del consumo.
Los “diablitos” pueden estar hechos con madera, cartón, láminas y otros materiales, y se colocan dentro de la caja de fusibles para alterar la lectura del medidor de energía eléctrica.
La CFE advierte que un medidor normal muestra elementos clave. Si este es manipulado, puede presentar problemas de cableado o materiales que no forman parte del contador.
Por ejemplo, si tienes aparatos conectados a la corriente eléctrica como la televisión, un cargador o la lavadora, la aguja del medidor debería moverse. Si apagas o desconectas todo y la aguja no llega al nivel mínimo, podría ser un indicador de que algo no funciona correctamente.
Además de los “diablitos”, presta atención a los siguientes cambios:
Recuerda que, aunque estés al pendiente de tu medidor, puedes solicitar una consulta con un profesional de la CFE para que revise que todo esté en orden. En caso de haber algún inconveniente, ellos podrán resolverlo y tomar las medidas correspondientes.
La Comisión pone a disposición de los consumidores una serie de medios para recibir apoyo técnico. Reporta la situación a los siguientes números:
Y si tienes la aplicación móvil CFE Contigo, ahí encontrarás un apartado para realizar la denuncia de este delito; incluso, lo puedes hacer vía Twitter.
El hurto de la luz es un delito, pues en el Código Penal Federal en el artículo 368 se establece que se equiparan al robo y se castigarán como tal:
“El uso o aprovechamiento de energía eléctrica, magnética, electromagnética, de cualquier fluido, o de cualquier medio de transmisión, sin derecho y sin consentimiento de la persona que legalmente pueda disponer de los mismos”.
Mientras que las sanciones pueden ser hasta 10 años de prisión o una multa económica.
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