En noviembre disminuye considerablemente la cantidad de ciclones tropicales y especialmente los que logran intensificarse a huracán, pero no podemos confiarnos porque en los registros contamos con huracanes de gran intensidad en el penúltimo mes del año.
La temporada ciclónica en el Atlántico se extiende hasta el 30 de noviembre. En el último mes de este periodo es la región del Caribe y en las inmediaciones de las Bahamas donde suelen darse las condiciones más favorables para la formación de ciclones.
En el final de la temporada las condiciones atmosféricas y oceánicas pueden seguir siendo favorables para la formación de huracanes intensos. La llegada de frentes deja vorticidad suficiente sobre aguas que aún están cálidas.
Uno de los factores que hace que los huracanes tardíos sean especialmente peligrosos es su complejo pronóstico de trayectoria, sobre todo cuando tienden a hacer giros bruscos en su movimiento de desplazamiento.
Los huracanes son uno de los fenómenos meteorológicos que más destrucción pueden ocasionar si pasan por regiones con alta vulnerabilidad ante los fuertes vientos asociados, las intensas lluvias e inundaciones, así como la marejada ciclónica.
Es esencial que las autoridades y la población mantengan un alto nivel de preparación hasta el final de la temporada, afirmando que se sigan los protocolos de seguridad y evacuación.
La formación de huracanes no es exclusiva de la temporada ciclónica. El último huracán en desarrollarse en diciembre fue Épsilon en el 2005 y llegó a tener vientos de 140 kilómetros por hora.
Oficialmente la temporada ciclónica en el Atlántico norte se extiende desde el 01 de junio hasta el 30 de noviembre.
El Dr. Phillip Klotzbach, investigador de la Universidad Estatal de Colorado, destacó que durante el mes de diciembre de 1950 hasta la fecha se han nombrado 10 ciclones entre tropicales y subtropicales.
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