El gobierno del ultraliberal Javier Milei devaluó un 55 por ciento su moneda, al establecer el tipo de cambio oficial en 800 pesos por dólar frente a los 391 que costaba hasta la semana pasada, reveló el ministro de Economía, Luis Caputo, mismo que advirtió sobre una posible hiperinflación para Argentina.
El funcionario calificó esto como "la génesis de nuestros problemas ha sido siempre fiscal", quien señaló que el país debe resolver su ´adicción´ al déficit en las finanzas públicas, apuntando que bajarán los subsidios a la energía y al transporte, entre otras medidas de austeridad.
"Si seguimos como estamos, vamos inevitablemente camino a una hiperinflación", alertó.
Argentina vive actualmente una preocupante crisis económica con una inflación anualizada que supera el 140 por ciento, además de una tasa de pobreza que rebasa el 40 por ciento de la población.
"El tipo de cambio oficial va a pasar a valer 800 pesos, para que los sectores productivos tengan realmente los incentivos adecuados para aumentar la producción", expuso Caputo.
El gobierno mantiene el sistema de control de divisas que rige desde el 2019, con una decena de tipos de cambio distintos.
Milei, un economista de 53 años de edad que durante su exuberante blandía una motosierra para enfatizar que recortaría el gasto público, tomó el poder el pasado domingo, 10 de diciembre del presente, afirmando que el país necesitaba un ´tratamiento de shock´ para superar la crisis y además descartó cualquier ´gradualismo´.
El mandatario del país sudamericano se propone efectuar un ajuste fiscal equivalente a 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
"Hoy el Estado sostiene artificialmente precios bajísimos en tarifas energéticas y transporte a través de estos subsidios", dijo el ministro en alusión al recurso que gasta el erario público en mantener los precios reducidos para varios rubros de consumo.
"Pero estos subsidios no son gratis, sino que se pagan con inflación. Lo que te regalan en el precio del boleto te lo cobran con los aumentos en el supermercado. Y con la inflación, son los pobres los que terminan financiando a los ricos", aseguró Caputo.
Las medidas de austeridad también integran la reducción del tamaño del Estado, así como la paralización de las iniciativas de obra de infraestructura financiada con fondos público que aún no hayan iniciado. A partir de este momento, sentenció Caputo, la obra pública va a recibir financiamiento con fondos privados.
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