Fue el 21 de julio cuando autoridades de salud de Nueva York detectaron un caso de poliomielitis en Estados Unidos, el primero en más de una década. Esto prendió las alarmas, aunque no se ha detectado algún segundo contagio en las semanas siguientes.
Sin embargo, muestras de aguas residuales al ser analizadas mostraron la presencia del virus, lo que indicaría que la enfermedad podría estarse propagando mediante contagios comunitarios en personas no vacunadas.
Si bien esto es una señal de alerta, la comisionada de Salud, Mary T. Basset, aseguró que no es algo sorprendente, además de que hay una defensa “bastante simple”.
En ese sentido hicieron el llamado a las personas a vacunarse; “la poliomielitis es completamente prevenible y su reaparición debería ser un llamado de atención para todos nosotros”.
Fuentes del Centro del Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) han señalado que aún es pronto para afirmar si existe una propagación activa del virus; además, aún no se ha concluido si la presencia del virus en el agua podría proceder del paciente que dio positivo en el mes de julio.
La poliomielitis se declaró erradicada en los Estados Unidos en 1979, casi dos décadas después de que la vacuna estuviera disponible. Es importante resaltar que en el país del norte y en otros más han crecido los movimientos antivacunas.
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