Convertir basura en etanol es una realidad que desde hace algunos años han logrado realizar estudiantes e investigadores del Instituto Tecnológico de Veracruz con la creación de la planta de etanol de segunda generación, que, a través de desechos orgánicos como bagazo de caña, sorgo, piña, café, entre otros logran producir el llamado etanol 2G.
Javier Gómez Rodríguez, jefe de la planta piloto de etanol de segunda generación del Instituto Tecnológico de Veracruz explicó que la primera planta nada más produce etanol a base de caña o sorgo dulce, el cual se extrae el jugo y pasa directamente a los fermentadores y de ahí se destila.
Sin embargo, este proceso deja un bagazo o desecho que es el tallo seco de la caña, luego de la extracción del jugo.
“Muchas veces, las empresas no saben qué hacer con estos residuos, que genera basura o se quema, lo que causa mayor contaminación, por lo que en esta planta de segunda generación puede ser aprovechado para convertirlo en productos de interés industrial como el etanol industrial, producido del bagazo, de los deshechos, de la basura”, subrayó.
Reafirmó que lo que antes consideraban basura ahora, con esta planta, se puede aprovechar.
“Inclusive el etanol que se genera se puede almacenar, ya que ese etanol no se va a deteriorar, quedará almacenado y podrá ser utilizado para una cantidad enorme de aplicaciones que hay en la industria”, afirmó.
Y no solo se trata de los desechos de la caña, también se pueden aprovechar una gran cantidad de residuos agrícolas, como la cebada, que se produce en la industria cervecera, por ejemplo.
“La gran ventaja que tenemos aquí es que estamos investigando sobre cómo aprovechar para producir etanol 2G a partir de deshechos de piña, cáscara de café, coco, hoja, pasto, hoja de maíz, olotes, cebada, todos los deshechos que son quemados, y que causan contaminación en el campo, son bienvenidos a una planta de este tipo”, compartió.
Enfatizó que con esta planta de investigación en la que trabajan en el ITV, se pueden aprovechar una enorme cantidad de residuos que ocasionan contaminación al ser quemados.
“Aquí van a ser aprovechados y para beneficio de la industria, inclusive como combustibles”, destacó.
Detalló que la planta piloto con fines de investigación tiene capacidad para procesar mil kilos de bagazo diarios, unos 300 litros de etanol por día.
“A veces hay una confusión, piensan que esta es una planta de producción, la planta piloto, pero en realidad es una planta de investigación a nivel industrial, el querer producir aquí no es muy económico, ya que es un prototipo para hacer una planta de mayores dimensiones, con producción industrial”, indicó.
Señaló que se puede hacer producción a pequeña escala, inclusive se pueden producir ciertos productos, de interés.
“Por ejemplo, producir en esta planta un litro de etanol saldría entre 12 y 15 pesos, pero ese costo se puede abatir cuando ya se hace a una escala industrial, dependiendo del tamaño de la planta”, aseguró.
Finalmente afirmó que el etanol es un producto muy aplicado en la industria, del que siempre va a haber demanda y ahora más con el cambio climático, así como con los cambios que ha habido en los países desarrollados que están dejando atrás los combustibles fósiles está adquiriendo cada día más importancia.
“Inclusive, ahorita con la pandemia, adquirió importancia el etanol por la fabricación de geles, aunque también se aplica en pinturas, barnices, productos químicos, productos de limpieza, bebidas alcohólicas, perfumes y muchísimas aplicaciones más, por lo que va a seguir habiendo demanda, y la investigación obviamente va a continuar”, concluyó.
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