Una situación “terrible” es la que prevalece en el Parque Nacional Pico de Orizaba, pues las nuevas proyecciones prevén que quedan únicamente unos 10 años más del glaciar Jamapa, mientras la tala continúa imparable, con la amenaza de los incendios y el pastoreo y una cobertura forestal de apenas el 10 por ciento de lo había hace años, alertó el coordinador del Proyecto Salvemos al Pico de Orizaba, Ricardo Rodríguez Deméneghi.
Señaló que el punto de acuerdo que presentó la diputada federal Rosa Hernández Espejo para solicitar que se destine de nueva cuenta el uno por ciento del pago que recibe el Instituto Metropolitano del Agua a la reforestación y recuperación el Pico es importante pero además es necesario que se actúe ya, porque se acaba el tiempo.
En el marco de la firma de convenio con el Instituto Tecnológico Superior de Zongolica, con el cual se lleva ya más de diez años de colaboración para llevar a cabo acciones de forma conjunta para la recuperación del Pico de Orizaba, indicó que la situación que prevalece con el área del volcán es alarmante pues las variantes que se tenían para el 2050 se tienen encima.
“Las tenemos encima y en el caso particular del glaciar de Jamapa los estudios señalaban que se extinguiría en el 2050, pero los nuevos estudios nos marcan que se extinguirá en el 2030, es decir, dentro de nueve años, es decir, nos quedan cuando mucho diez años más del glaciar más importante del Pico de Orizaba y todo eso nos está generando ya una serie de variantes en donde autoridades y sociedad civil y la academia deben emprender acciones para contrarrestar los efectos del cambio climático, pero sobre todo adaptarnos a este nuevo ciclo de vida que nos va a tocar vivir”, expresó.
El ambientalista urgió a que las nuevas administraciones pongan atención al Pico de Orizaba y que el estado y la Federación se paren “de echar la bolita”, pues a pesar de que hay una Secretaría de Cambio Climático, este volcán ha pasado inadvertido.
Destacó que la tala continúa en forma terrible, persiste la amenaza de incendios, del pastoreo, mientras que la cobertura forestal está disminuyendo y actualmente queda un 10 por ciento de la que se tenía hace 30 años, y aunque la autoridad en sus informes dice cosas muy bonitas, la realidad es que a donde se vaya en el Pico no hay árboles de como debería haber.
Señaló que hay un gran movimiento de las fronteras agrícolas, faunística, el suelo se está desertificando y parece que la autoridad no se ha dado cuenta de ello.
Agradeció al ITSZ a través de su director, Pompeyo Quechulpa; el director académico, doctor Rubén Purroy Vásquez, y a la maestra Diana Isabel Ventura Trujillo por esa colaboración con Salvemos al Pico de Orizaba, pues ante las condiciones que prevalecen es muy importante que la academia participe junto con la sociedad civil en las acciones para mitigar los efectos negativos.
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