Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) en una cuarentena, las dos esferas que se ven más afectadas en personas y niños con TEA (Trastorno del Espectro Autista) aún en un nivel leve, son la comunicación social y los intereses restringidos y conductas repetitivas.
Es por esto, se ha confirmado que la cuarentena afecta a todos los niños, pero mucho más a los niños con espectro autista.
La cuarentena del año 2020 hizo estragos en la psicología de muchos, incluyendo niños y en algunos casos, se estima tuvieron un mal final debido a cuadros de depresión que se desataron en algunas personas, esto llevó en algunos casos al suicidio.
Esto lo vivió Damián, joven de 11 años con TEA nivel 1 y Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDHA) quien por las excesivas cargas de trabajo escolar (tareas), la presión de su madre y el aislamiento, lo llevó a mediados del año pasado a intentar quitarse la vida.
“Cambian las clases y el sistema y empieza a ser todo por Whatsapp y los maestros empiezan a mandar las tareas excesivas por medio del teléfono saturando al niño de tareas que él requería que le explicara incluso conocer a su maestra, tener esa interacción.
El hecho de no poder expresar nada, empieza él a frustrarse y como que se empezó a poner agresivo y no quería él estudiar ya, no le importaba”, explica Liliana, su madre.
La consecuencia
Ante este cambio, el pequeño también empieza a morderse él mismo, mientras que su madre le exigía y apuraba porque a ella la presionaba la profesora vía Whatsapp.
Con la llegada de la pandemia, el jovencito se empieza a sentir solo, se aislaba mucho en casa y es que al no tener compañeros con quienes socializar, esto le afectó mucho, argumenta su madre.
Ella es la única que lo saca a flote debido a que el padre se encuentra en otro país.
Al menor le encargaban hasta 6 tareas al día, lo cual lo estresaban además de que el ritmo de enseñanza era vertiginoso, lo cual hizo que tuviera problemas en matemáticas.
Damián igual que otros pequeños con su condición, le cuesta trabajo concentrarse y es muy perceptivo, sensorial, pero su madre decidió meterlo en una escuela normal para que tuviera socialización, que es lo que le ayuda mucho, además de que acude al derecho de inclusión.
“El día que me di cuenta que se quiso lastimar (suicidar), salía yo de la recámara después de despertarme y lo vi serio, pensé que estaba enojado por lo de las tareas, pues aventaba cosas, y le vi un moretón en el cuello”, la madre revisó aquella marca pensando que era pintura de acuarela y decidió preguntarle.
El porqué
“Como es un niño que no tiene filtros, me dijo que se había querido colgar con un cinturón, que por que ya no aguantaba las tareas, que ya no entendía y que él sentía que él no iba a poder nunca sintiéndose solo con la escuela, que ya no era su vida igual y que ya no quería vivir”.
Después de esto, la madre lo lleva con una terapeuta especializada en niños con capacidades especiales, donde le confirman que la falta de socialización con los compañeros de la escuela le afectó, el cambio de rutina, así como la conducta de presión por parte de la madre hacia el niño en cuanto a las tareas.
Otro factor que le afectó a Damián fue la ausencia de su hermana quien se va a vivir cerca de ellos pero ya no bajo el mismo techo.
Por otro lado, Liliana exhorta a las autoridades de la SEV a que instruyan a sus trabajadores a informarse sobre los niños con espectro autista y como tratarlos, pues pudo ver insensibilidad y falta de conocimiento por parte de profesores.
“Aquella maestra fue en una ocasión a la casa, una vez más le hizo videollamada en todo un ciclo escolar, y mi hijo necesitaba conocer e interactuar a su maestra, esa vez que fue a la casa, le dio un cuaderno para colorear y le dijo échale ganas”, comenta Lili.
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