Rafaelita, a sus 88 años hace picadas para cuidar a hijo con esquizofrenia

A sus 88 años doña Rafaela Camacho Sosa, sigue apurada palmeando la masa para hacer picadas, empanadas o gorditas. Actividad que realiza desde hace casi 30 años para mantenerse ella y a su hijo quien tiene esquizofrenia.

"Doña Rafaelita", como algunos le llaman, siempre se ha dedicado a la elaboración de antojitos veracruzanos y desde hace 29 años tiene su propio puesto donde la actividad para tener las salsas y todo listo inicia desde temprano.

Fotos: Iván López | IMAGEN DEL GOLFO

En un día palmea 100 piezas (entre picadas, gorditas y empanadas), sin embargo, recuerda que antes cuando sus ventas eran buenas tenía hasta una empleada con la que hacían 30 kilos de masa.

Su día inicia a las 5:30 o 06:00 de la mañana cuando se levanta para alistarse y preparar las cosas para la venta, lo cual no puede iniciar sin tomar su café, el cual confiesa es indispensable.

"Mi vida es esta, yo me levanto, pongo mi agua a calentar para mi baño, me tomo mi café porque mi café no me falta, soy como los borrachitos que no les falta la cerveza, a mí me gusta mucho el café. Me tomo mi cafecito y me levanto, y me tomo otro y aquí estoy trabajando y ya vengo a comer en la tarde, en la noche si es posible".

Fotos: Iván López | IMAGEN DEL GOLFO

Aunque ella sola atiende su puesto ubicado en la avenida Río Medio, casi esquina Río Papaloapan, fraccionamiento Río Medio III, al norte de la ciudad de Veracruz, confiesa que ya está cansada, por lo que ya no se levanta a las 04:00 de la mañana como antes, por lo que su negocio está abierto a partir de las 08:00 de la mañana.

Fotos: Iván López | IMAGEN DEL GOLFO

Preocupación

Además de atender su negocio, única fuente de ingresos, aunado al apoyo federal que recibe por ser adulta mayor, su preocupación está en apoyar a su hijo de 38 años quien tiene esquizofrenia.

Comenta que su hijo David Manzanares está imposibilitado para trabajar debido a su enfermedad, aunque toma medicamentos en ocasiones le dan crisis en las que no puede dormir.

"Él no puede trabajar porque le dan esos medicamentos, se duerme y despierta tarde, y aunque tome el medicamento no se duerme, van cuatro días y cuatro noches que no dormía, cuando es posible duerme. A parte de eso por su problema de enfermo, él no sabe desempeñar trabajos; aparentemente se ve como bien, yo lo regañaba mucho hasta que me dijo la doctora 'él es un enfermo, usted lo ve como bien, pero está muy enfermo'".

Fotos: Iván López | IMAGEN DEL GOLFO

Menciona que su hijo es atendido en el Hospital Regional de Veracruz, donde recibe sus recetas, sin embargo, no siempre recibe los medicamentos.

"Hoy precisamente iba a ir al Regional, habló y no ha llegado el medicamento. En el Regional le dan las recetas, pero no tienen medicamento, nunca tienen medicamento, entonces ya le dije 'aunque sea ve con la receta y ahí como podamos vamos a irlo pagando', porque él se pone, se enfurece por su problema, y es una peleadera que tiene y dice 'mamá es que no puedo, ando desesperado, no me soporto yo mismo'. Como no se toma el medicamento completo no tiene caso, para que el medicamento le haga lo tiene que tomar tal y como se lo mandan".

Por este motivo doña Rafaelita busca apoyo para el tratamiento médico de su hijo, principalmente para los medicamentos, comenta que se enteró muy tarde de un apoyo por parte del DIF por lo que esperará hasta el próximo año para ver si puede acceder a él su hijo.

Fotos: Iván López | IMAGEN DEL GOLFO

Cabe señalar que doña Rafaela tiene otros tres hijos, sin embargo, señala no recibir apoyo económico de ellos.

Por lo pronto sigue en su negocio de venta de picadas, empanadas y gorditas, lo cual espera repunte, luego de que un cliente recomendara en Facebook su comida.

En su negocio abierto de lunes a domingo de 08:00 de la mañana hasta las 15:00 horas pueden encontrar picadas sencillas, gorditas blancas, negras o de dulce, empanadas de queso, pollo o combinadas de jamón con queso. El mole también es su especialidad aunque debido a las bajas ventas y los gastos, no tiene para invertir y hacerlo la igual que los guisos para las picadas.

Doña Rafaela Camacho, afirma que este negocio es su vida y seguirá palmeando mientras pueda.

"Esto es mi vida y aquí me voy a morir, me siento bien trabajando", expresó.

Fotos: Iván López | IMAGEN DEL GOLFO

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