Más allá de un pasatiempo o un deporte, el Pole Dance se ha convertido en una especie de terapia para muchas mujeres que se han acercado a los diversos estudios de baile para iniciar su práctica.
Karina Aguilera es una joven instructora que lo practica desde hace ya 11 años, pues en aquel lejano 2012, decidió incursionar en este miedo luego de recibir su primera lección en la ciudad de Veracruz para ya no alejarse jamás.
“Lo que más me gusta del Pole Dance es la convivencia con las mujeres, la comunidad que se hace, los grupos tan amenos y pues darle a las mujeres tantos buenos momentos, regresarles muchas cosas que habían perdido en sus vidas.
“Es un espacio 100 por ciento seguro para las mujeres, es especial para ellas, yo se que también lo pueden practicar hombres, pero la comunidad con ellas es mucho más bonita”, manifestó la entrevistada.
Atrás quedaron aquellos días en el que esta práctica era única y exclusivamente para mujeres que trabajaban como strippers en diversos bares, pues poco a poco han ido rompiendo con ese estigma y en general se han acercado a todo tipo de público.
Abogadas, enfermeras, amas de casa, estudiantes, contadoras, administradoras, todo tipo de profesión tiene cabida en Bloom Pole Studio Veracruz, donde al final del día han encontrado una familia.
“Vivimos al final en un país machista y muy misógino, entonces eso no va a acabar, si hemos crecido, la gente ha comprendido lo que es el Pole Fitness a mayores rasgos”.
“Obviamente es muy gratificante ver que estos 11 años que hemos estado luchando contra tantos estereotipos están dando resultados porque cada vez se suman más mujeres de diferente profesión a lo que es el Pole Fitnes”, señaló la instructora.
Más allá de un simple pasatiempo o un tipo de ejercicio, las mujeres que lo practican han encontrado una especie de terapia en este tipo de danza, pues poco a poco han recuperado la confianza en sus cuerpos.
La propia Karina Aguilera señaló que muchas veces se ven al espejo y no tienen la figura que desean, pero al subirse al tubo y hacer toda clase de acrobacias, se han dado cuenta de quizás no lo necesitan, pues su cuerpo es capaz de hacer muchas cosas.
En eso radica la gratificación de practicarlo, pues esto las ha ayudado a recuperar la autoestima que por diversos factores han ido perdiendo, para lo cual entre todas siempre procuran darse ánimos y ayudarse a mejorar.
“Vengan, conozcanlo, no se dejen llevar por prejuicios, por noticias mal informadas, que se atrevan, que dejen lo que marca la sociedad, el hecho de que las tallas no sean las típicas, las convencionales”.
“Que vean que el peso no importa, que la edad no importa, que vienen muchas personas de diferente profesión, tenemos mucho marcado que las bailarinas son las que hacen esto, mi alumnado en 11 años si el 10 por ciento ha sido bailarinas ha sido mucho.
“Todas son abogadas, psicólogas, médicas, enfermeras, terapeutas, hay de todo menos bailarinas, entonces que no se dejen llevar, que prueben una clase de Pole que lo único que van a rescatar de aquí son cosas muy bonitas”, declaró Karina Aguilera.
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