Baila al compás de la música que le toquen, de movimientos chuscos y frenéticos, es imposible ignorarlo, todo el que pasa por la avenida Independencia esquina con Mariano Arista lo ve a fuerza, ya sea por el volumen de la música o porque simple y sencillamente el gato rockanrolero llama la atención.
El pequeño felino tiene guitarra, baila, brinca, se hinca y se agacha de manera vaciada además de cantar con un micrófono de pedestal, y es por ello que visitantes y extranjeros se detienen a reír, a fotografiarlo, a grabar un vídeo en el celular y por supuesto a dejarle unas monedas o un billete.
Los hilos que mueven al gato penden de la mano de Abimael Escobar, licenciado en educación artística de 33 años de edad quien vive desde hace 10 años en el puerto jarocho.
Pero detrás del muñeco hay una historia de supervivencia y preparación, una muestra de que la vida y sus caprichos hacen de sí misma una rueda de la fortuna en la que a veces se está arriba y otras veces abajo.
Todo un artista
El artista plástico originario de Paso del Macho tiene ya más de un año dedicándose a manejar títeres y parándose en la calle para recibir sonrisas y monedas.
Abimael hace esculturas y pintura, daba talleres en Xalapa, en el puerto, en Paso del Macho, participó en varios proyectos, impartió conocimiento en la zona del Pico de Orizaba con ayuntamientos y programas federales, proyectos para fomentar el arte en comunidades. Talleres de teatro guiñol, pero todo terminó cuando en el estado se vino la transición administrativa.
El hombre que tiene ya más de un año sin trabajo formal y fijo es víctima del recorte de personal y la desaparición de programas culturales.
“Antes de la pandemia estaba mucho mejor, durante la pandemia apenas y sacaba lo del día, hoy me va mejor sobre todo los fines de semana”, no tiene hora de llegada ni de partida pero comúnmente se le ve a partir de las 12 de la tarde y dependiendo si es fin de semana o no, se puede ir hasta las 9 o 10 de la noche.
Miguel
Él continúa estudiando cursos de artes y aporta a la economía de sus padres cuando puede, espera mientras que ya sea el IVEC o algún espacio cultural particular le dé la oportunidad de dar clases. Mientras, la gente lo seguirá viendo todos los días en su transitar por la principal avenida del centro histórico.
El maestro hace sus propias marionetas, hoy en día guardó al gato rockero y pone a tocar guitarra y a cantar a Miguel, personaje de la película “Coco”. Lo tiene de pie, lo inca, los levanta, toda una versatilidad con el muñeco.
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