Las amas de casa que acudieron a la zona de mercados y quienes trabajan ahí hicieron malabares para poder transitar en las calles inundadas por los aguaceros que en forma intermitente cayeron durante la mañana en el inicio de la semana.
Hubo un momento en que se formaron ríos que impedían cruzar de banqueta a banqueta y algunas personas de la tercera edad se vieron imposibilitadas para caminar y se metieron en el agua.
A la mojada de los pies se sumó el tener que soportar los olores del drenaje, cuyas aguas se mezclaban con las de la lluvia.
Y los adultos mayores aceptaron que alguien les diera la mano para no resbalar y no caer dentro de los riachuelos paralelos a la avenida González Pagés y a la avenida Hidalgo.
Mojarse era inevitable porque en algunos tramos los riachuelos alcanzaban una anchura de aproximadamente un año, y los autobuses del transporte público hacían que el agua cubriera las banquetas.
“Y esto sucede con cada lluvia”, murmuraban los caminantes, molestos.
Esa situación no es nueva en la zona de mercados de Veracruz, cada año sucede lo mismo y cada año los transeúntes se llevan desde resbalones hasta patinaje sobre las banquetas.
Fotos: Iván López.
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