A un mes del deslave inicial en la autopista Puebla-Orizaba, un nuevo desprendimiento de tierra en el kilómetro 231, en dirección a Acatzingo, ha complicado aún más el tránsito en esta vía crucial.
Conductores y representantes del transporte de carga pesada han manifestado su preocupación por el impacto económico que estas rutas alternas generan.
Según indicaron, desviar su camino hacia opciones como la carretera libre implica un aumento considerable en sus gastos de combustible y tiempos de traslado.
Esto repercute directamente en sus entregas hacia municipios clave de Puebla, como Tecamachalco, Tepeaca, Amozoc, Palmar de Bravo y Huixcolotla, entre otros.
En este sentido, Caminos y Puentes Federales (Capufe) han establecido que dos carriles de la autopista Acatzingo-Ciudad Mendoza, podrían ser habilitados a partir del 31 de enero de 2025, recordando que la circulación total podría ser reabierta hasta el mes de abril.
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