El primer trabajo de Bartolomé Hernández Cipriano fue de afilador de cuchillos gracias a un señor llamado ‘Manuel’, a quien recuerda con mucha gratitud, pues confió en él a muy corta edad.
Tras el paso del tiempo, pudo emprender su propio negocio del mismo giro, del cual sigue generando recursos y es uno de los pocos afiladores que quedan establecidos en la zona de mercados del centro de Veracruz.
“Gracias a dios todo el tiempo hay trabajo, está mucho más vigente de lo que parece, pero si, en la zona de mercado ya no hay tantos afiladores, son contados pues otros tantos son ambulantes y salen a recorrer las colonias.”
Con lentes especiales y un escudo que él mismo adaptó a su motor de banco afilador para evitar heridas en el pecho, Bartolomé trabaja con mucha precaución pues sus manos son testigos de las decenas de accidentes que ha tenido a causa del más mínimo descuido.
“En este oficio se requiere de mucha práctica. Las cortadas de mis manos son por el aparato y lo que más me he lastimado son los dedos porque se me resbala y me llego un poco”, compartió el afilador.
Sin importar el tamaño, pues chicos o grandes, Bartolomé afila decenas de cuchillos y machetes al día, aunado al nuevo mercado en el que se incluyen las escuelas de belleza, quienes recurren a sus servicios para dar mantenimiento a sus herramientas de manicura y rasuradoras.
Entre 20 y 30 pesos están las tarifas, precio que consideró es accesible para los clientes quienes llegan en su mayoría durante los días de quincena.
/pn
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad
Reservados todos los derechos 2024 |