La capital veracruzana es ampliamente conocida por la existencia de manantiales, que durante la administración del Ayuntamiento del periodo 1986-1988 a cargo de Manuel Fernández Ávila, fueron explotados con la habilitación de tanques de almacenamiento de agua y la construcción de unos lavaderos públicos, tales como el de la colonia Lagunilla.
Igualmente, con el paso del tiempo estos lugares han ayudado y beneficiado a los vecinos, sobretodo en los tiempos de tandeos y escases, pero últimamente estos lavaderos están bastante dañados, tanto la estructura del techo con tejas rotas y madera en mal estado por el paso del tiempo y falta de mantenimiento.
Lo anterior representa un peligro para quienes tienen la necesidad de acudir y en cualquier momento se puede ocasionar un accidente, pues los lavaderos tienen rotos los tubos de desagüe que provoca que quienes lavan su ropa o trastes se mojen los pies, convirtiendo también en un foco de infección por el charco que se hace y los malos olores.
Por ello, vecinos constituidos en patronato en la administración pasada le solicitaron apoyo para la rehabilitación; sin embargo, no les resolvió durante su gestión; posteriormente el patronato se renovó y el año pasado con la nueva administración municipal continuó haciendo la petición, pero a la fecha no les han resuelto o dado una respuesta satisfactoria; aunque confían en que sus necesidades sean escuchadas.
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