Buscan proteger en Alemania a fans femeninas de Rammstein por acusaciones de agresión sexual

En medio de la gira por Europa de la reconocida banda de metal industrial Rammstein, el gobierno alemán ha solicitado medidas para proteger al público femenino, luego de las acusaciones de agresión sexual contra su cantante, Till Lindemann.

La ministra alemana de la Familia, Lisa Paus, ha hecho un llamado a mejorar la seguridad de las jóvenes asistentes a los conciertos.

La ministra propuso la creación de zonas de protección específicas para las mujeres dentro de los conciertos, así como la implementación de equipos especializados que puedan intervenir en caso de agresión sexual.

Lisa Paus destacó la necesidad de discutir de manera rápida y concreta sobre medidas de protección, y plantea la importancia de un debate serio acerca de la responsabilidad de los artistas y organizadores en relación con sus seguidores.

Las acusaciones contra Till Lindemann han sido reportadas por varias mujeres a través de la cadena NDR y el diario Süddeutsche Zeitung. Se sospecha que el cantante selecciona a jóvenes de las primeras filas de los conciertos para invitarlas a fiestas posteriores, donde presuntamente se han producido actos sexuales no consentidos después de haber sido drogadas, aunque el grupo lo niega.

Una investigación realizada por el semanario Die Welt reveló un supuesto sistema al servicio del cantante, en el cual las mujeres presentes en la primera fila son filmadas o fotografiadas para permitir que Lindemann, de 60 años, haga su elección.

Ante este contexto, en el estadio olímpico de Múnich, donde están programados cuatro conciertos esta semana, se ha tomado la decisión de eliminar la denominada "Fila Cero", la zona justo delante del escenario donde el cantante podría observar a las jóvenes.

Las acusaciones contra Till Lindemann y las medidas solicitadas por el gobierno alemán ponen de relieve la necesidad de abordar de manera urgente la protección del público femenino en eventos masivos. La discusión sobre la responsabilidad de los artistas y organizadores respecto a sus seguidores se hace cada vez más relevante en el ámbito musical y plantea un desafío en busca de una mayor seguridad y respeto en el entorno de los conciertos.