No cesan los casos de contagios, no cesan los fallecimientos y aún así los desesperados e irresponsables que dicen ser deportistas, no han entendido que esto de prohibir los deportes de conjunto es por el bien de la salud de todos.
Claro que conforme avancen los días y los meses, nos acercaremos a la fecha en que se definió suspender todo tipo de actividades de conjuntos, futbol, basquetbol, beisbol, softbol y voleibol, por ser los más comunes y obviamente más populares.
Y no tendrá ningún otro significado el llegar al año de confinamiento, porque de antemano se ha sabido que fue una decisión acertada para evitar que la pandemia Sars-Cov-2, contaminara más a gente del deporte, pero sí la admiración que por primera vez en toda la vida moderna, nunca jamás se pensó que esto que ocurre con los contagios de un coronavirus, mantenga al mundo en completa alerta.
PARA LOS DESESPERADOS
Claro que desde esta trinchera en la que constantemente hemos estado informando, que los deportistas deben esperar a que las autoridades de salud decreten que ya se puede hacer deporte, porque no queda más que eso. Que nadie por sus propios criterios, como lo han querido imponer, exijan que les abran las instalaciones deportivas. Simplemente no será así, y, se insiste, será por el bien de todos.
En las últimas semanas, en este tenor, las autoridades municipales de Coatzacoalcos, ha frenado la anarquía de insurrectos; entrenadores y padres de familia que sin mediar el peligro que conlleva el dejar que sus hijos hagan y deshagan con ir a “cascarear” o a dizque entrenar.
En instalaciones que sirven para la práctica del basquetbol, se han tenido que quitar los tableros, y en las correspondientes de futbol, las porterías. A ese grado porque no se encontró respuesta, prudencia y entendimiento de quienes azuzan a niños y jóvenes de ir a “entrenar”.
LLAMADO A TIEMPO
Y claro que el llamado todavía es a tiempo, porque a pesar de que otros no han entendido, entre ellos, los beisbolistas, softbolistas y futbolistas veteranos, siguen empeñados en que “no pasa nada” y pierden el sentido de una responsabilidad que hoy se traduce a la vida o la muerte.
Por lo tanto, que no los desborde la irresponsabilidad, que sean conscientes a más no poder. Que si no se respeta la espera, el confinamiento por el tiempo que sea, no habrá como terminar con esta pandemia, que ha detonado en su crecimiento, por el libertinaje de no respetar las medidas sanitarias. ¡No a las fiestas!, ¡No a las reuniones con amigos! y ¡No a los sitios con aglomeraciones!... Todos a cumplir con su tapa boca, el utensilio que no debe faltar hoy y en nuestra vida diaria. ¡Por favor, no salgan de casa!.
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