Sedas

Zoológico humano

2023-06-23 | 08:00 p.m.

¿Cómo está usted?

Afectuosamente lo invito a nuestras reuniones Dominicales a las 11.30 y 6.30 en la Iglesia Cristiana Bíblica AGAPE de La Llave 1002 casi esquina con Aldama.

Hace unos días ví un programa de televisión acerca de cierto zoológico y me puse a pensar, aunque no soy partidario de Darwin, en lo semejantes que somos con algunos animales. Acompáñeme, por favor y verá a qué me refiero:

Ahí tenemos, por ejemplo, al Puercoespín. Es un curioso animalito cuya principal característica, usted lo sabe, es la de tener su cuerpo cubierto de espinas.

¡Cuidado con él pues al menor contacto usted puede salir lastimado!

De la misma manera encontramos personas que son ásperas y difíciles de tratar. Realmente uno se aparta de ellos pues al menor pretexto lastiman a los demás con sus palabras y actitudes. Su carácter agrio y pesimista aleja a todos cuantos les rodean.

Recuerdo que en Xalapa tenía una amiga que se llamaba Zoyla Espinosa (Soy la espinosa) ¡Y vaya que hacía honor a su nombre!

Así que ahí tenemos en primer lugar al Sr. Puercoespín, sin agraviar a nadie.

Ahora caminemos un poquito y veamos al Pavo real: ¡Qué hermosa es ésta criatura! Sin embargo ni se come, ni cuida la casa, ni es cariñosa como mascota y además qué costosa resulta para sus dueños.

Por otra parte su única misión en la vida pareciera la de estar exhibiendo su plumaje dando la impresión de que lo hace intencional y vanidosamente. La soberbia y la presunción son sus signos más notables.

¿Y qué me dice de muchos que se la pasan luciendo sus virtudes que la mayoría de las veces son falsas o exageradas?

No hay reunión donde no pretendan sobresalir y demostrar a los demás lo cultos, talentosos y bellos que son. ¡De veras que El Sr. Pavo real, maestro del autoelogio es una persona muy frecuente de encontrar! ¡Con cuánta razón el Rey Salomón dijo “Que te alabe el extraño y no tu propia boca; el ajeno y no tus labios” (Proverbios 27:2)

Ya sabemos que elogio en boca propia es vituperio, así que pasemos adelante, por favor.

Ahora nos encontramos con el Camaleón, maestro del disfraz. Usted sabe que éste animalito adopta el color del lugar donde se encuentre pues su piel imita los matices de su entorno para sacar provecho sobre sus presas. Esa facultad se llama Mimetismo.

De la misma manera usted puede encontrar a Don Camaleón en cualquier oficina, taller y aún en nuestras iglesias. Hoy son de un partido y al rato de otro, según sea la conveniencia. Hoy defienden a tal o cual amigo o doctrina y mañana serán sus acérrimos adversarios.

También éste especimen es muy abundante en la fauna citadina y la verdad es que llegan a despertar desconfianza en todos y son rechazados por desleales.

El Señor JESUCRISTO fue muy claro cuando dijo que “Nadie puede servir a dos amos” ¡Así que a definirse de una vez por todas! ¿No cree usted?

Finalmente, pues el espacio no me permite extenderme, encontramos al Gorrión. Este pajarito no es fuerte, ni bello en su plumaje, ni canta bonito ni se come. Nadie pagaría mucho por él pues es un ave común y corriente o, como se dice, “sin chiste”, sin embargo qué útil es!

Siempre está picoteando por doquier y entre su comida se encuentran muchos insectos que si no fuera por él nos harían la vida muy pesada. Además incesantemente está gorjeando en un canto simple que no pretende ser una sinfonía ni impresionar a nadie pero es la forma sencilla en que demuestra su alegría de vivir y su alabanza al Señor.

Gusta de vivir en grupos pues es muy sociable y amistoso. ¿Qué le parece?

¡Qué inadvertido pasa delante de nosotros pero vea qué importante es!

Así sucede con muchos que ni ruido hacen y todos los ignoran. La humildad es su sello personal pero qué gran bendición son para todos los que los rodean.

Siempre hay en ellos una palabra de aliento, una muestra de cariño y su buen humor y optimismo nos contagia e impulsa a seguir adelante y por supuesto que deseamos su compañía ¿No es cierto?

Al despedirme por hoy, permítame una muy respetuosa pregunta: ¿A quien se parece usted? ¿Es usted gruñón y “pocaspulgas” como el Puercoespín? ¿Es vanidoso y presumido como el Pavorreal? ¿Será acaso voluble y mimético como el Camaleón? ¿Por ventura será usted sencillo y servicial como el Gorrión?

Usted tiene la respuesta pero es mi oración que éste último sea su reflejo fiel y si no lo es ahí a su lado está Alguien con todo El Poder para transformarlo así: El Señor JESUCRISTO, Quien puede fácilmente transformarlo para bendición de todos pero sobre todo para Su gloria y alabanza.