Independientemente de los resultados electorales que arrojen los comicios de este domingo, lo cierto es que el único gran perdedor será el estado de Veracruz.
Y es que es que es muy lamentable que la entidad veracruzana haya ocupado el deshonroso primer lugar nacional en violencia política, sin que las autoridades estatales y federales hayan mostrado mayor interés y eficacia por proteger a las víctimas y combatir a los grupos criminales, los cuales sólo se dedicaron a amenazar, golpear y asesinar a los aspirantes a las presidencias municipales, no a quienes contendían por las diputaciones locales o federales.
En un amplio texto titulado “Por qué Veracruz es el estado más peligroso de México en homicidios de políticos”, la agencia de investigación criminal InSight Crime analizó por qué nuestra entidad ha sido especialmente vulnerable a los intentos del crimen organizado por intimidar o asesinar políticos. Señala concretamente que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el grupo de Los Zetas Vieja Escuela se disputan el control del territorio veracruzano porque, “en primer lugar, tiene un atractivo especial por su ubicación geográfica para ejercer operaciones criminales”, ya que “es largo y estrecho, y toca otros siete estados que conectan el sur de México con Tamaulipas, la parada final antes del ingreso de narcóticos, contrabando y migrantes a Estados Unidos”, además de que “sus sólidas industrias de café y ganado, entre otros sectores agrícolas, ofrecen oportunidades de lavado de dinero y extorsión de residentes”, y sus puertos marítimos “traen cargamentos internacionales de mercancías legales, además de químicos precursores para la producción de drogas sintéticas”.
Los autores de esta investigación, Max Radwin y Chris Dalby, afirman que “postularse a un cargo de elección popular en México es una actividad de alto riesgo”, pues refieren que “pocos días antes de las elecciones locales del 6 de junio, habían sido asesinados al menos 89 candidatos políticos durante la actual campaña”.
Citan un informe actualizado sobre violencia política en México que realizó el grupo de análisis de riesgos Etellekt durante la campaña de 2021, el cual registró 782 actos de violencia tanto contra candidatos que buscaban reelegirse como contra sus opositores, lo que superó el récord de 774 casos reportados en el proceso electoral de 2018.
“El estado de Veracruz ha sido el epicentro de esta crisis. Desde septiembre, se han registrado allí 117 actos de violencia, lo que incluye el asesinato de 16 políticos (casi la quinta parte del total de muertes), pese a ser el octavo estado más violento del país en términos del total de homicidios. Oaxaca tiene el segundo mayor número de ataques con 68, casi la mitad de Veracruz”, resume InSight Crime, que al analizar por qué Veracruz ha sido especialmente vulnerable a los intentos del crimen organizado por intimidar o asesinar políticos, destaca como una de las causas los “acuerdos a puerta cerrada” que grupos criminales y gobernantes iniciaron desde 2005, cuando permitieron el ingreso de Los Zetas.
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