Si piensa que no va a lograr el sueño anhelado, mejor déjelo en paz. Ese sueño jamás logrará hacerlo una realidad. Hace unos cuantos años conocimos la historia extraordinaria de Susan Boyle, una mujer que a sus 47 años realizó su sueño: ser una cantante profesional.
Todo comenzó cuando ella decidió participar en un famoso concurso de canto. Cuando llegó el momento de participar y se presentó en el escenario, los jueces la vieron una persona sin atractivo físico, de edad avanzada y vestida muy sencilla.
Cuando ella les dejó saber qué melodía iba a interpretar, ellos se rieron en forma cínica de sus aspiraciones. De pronto comenzó su interpretación, aquellos que se habían burlado, quedaron asombrados.
Ella incluso nunca imaginó que su voz fuese sensacional, pero venció sus miedos y tuvo el coraje necesario para lograr su sueño más preciado.
Los jueces reconocieron con cierta vergüenza haberla denigrado, pensando que no lo lograría. Es verdad que aparentemente todo estaba en su contra, pero Dios usó su hermoso talento para que ella asombrara al mundo.
¡Qué historia tan interesante! Sin embargo, guarda una hermosa lección que no se puede pasar por alto. Siempre se debe luchar por hacer realidad nuestros sueños. Hay personas que aun cuando tienen una limitación física nos han demostrado que sí se puede, con la ayuda de Dios.
La vida es hermosa y nos puede dar grandes satisfacciones. Sólo necesitamos no quedarnos estáticos, sin buscar la manera de luchar por nuestros sueños.
Dios nos ayuda a descubrir esas habilidades que tenemos escondidas y las liberará para que nos den grandes satisfacciones. Pero es necesario que no seamos conformistas. Nos vamos a encontrar en nuestro camino a personas que nos desalienten, diciéndonos que nunca lo lograremos.
No permitamos que nos desanimen. Dios puso en nosotros un espíritu de poder, de amor y dominio propio, lo que nos permite ser triunfadores.
Si Susan, que parecía tener todo en su contra, lo logró, ¿por qué nosotros no? Tenemos capacidades que podemos sacar a relucir. Si lo dudamos, solo observemos a una persona que se propone alcanzar un objetivo, sin duda pondrá todo su empeño y esfuerzo y lo logra porque lo logra.
Cuando se logra vencer los obstáculos del camino, uno se da cuenta que estos sólo sirvieron de motivación para alcanzar la meta o el sueño. Quien no lucha no puede saborear las mieles de la victoria. En la vida no todo es color de rosa. Aun estas tienen sus espinas.
Sin embargo, no son admiradas por ellas, sino por sus hermosos colores y su exquisito aroma.
Lo que hagamos en la vida va a trascender si supimos vivirla superando los escollos. Hay que dejar siempre una huella imborrable por la que otros transiten y para que seamos siempre recordados.
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