De que existe en la zona conurbana del puerto de Veracruz y Boca del Río una oposición recalcitrante no hay la menor duda, en el recuento que se está realizando sobre las pasadas elecciones, en los fraccionamientos donde vive la gente pudiente que en pasados comicios registraba el 51 por ciento de los votos contra los candidatos de Morena ahora fue hasta del 74 por ciento que están en contra de la cuarta transformación.
Que son una minoría frente a la gente de escasos recursos y del pueblo en general, quienes apoyan al presidente López Obrador y están a favor de Claudia Sheinbaum y Norma Rocío Nahle es un hecho que se traduce en millones de votos.
Entre los llamados “fifís” jarochos, al menos la mitad habían dado su apoyo al movimiento progresista ahora más de siete de cada diez votaron en contra, es un grupo opositor muy “contreras” en serio y son los que organizan las marchas y mantienen a los periodistas que inventan las noticias de que van a ganar.
Afortunadamente son pocos, pero son agresivos y confunden a la gente con mentiras de que va haber expropiaciones de viviendas y negocios propios si votaban por Morena. Hay una señora que ya no acude a que le hagan manicure porque las empleadas votaron por Morena y lo mismo le ocurrió al jardinero. Está prohibido pensar diferente y ser plurales en una verdadera democracia.
La importante mayoría obtenida tanto en las cámaras legislativas federales como en los congresos locales conlleva enormes responsabilidades y obliga a cambios profundos que vienen a demostrar que no se equivocaron al votar por Morena.
No son necesarias ninguna consulta sobre el Poder Judicial, el mandato del pueblo mexicano del dos de junio ya marcó que debe ser reformado de raíz. No debe existir un poder que todo mundo sabe que está acaparado por un grupo con la bien ganada fama de ser deshonesto.
La justicia bien aplicada la podía manejar el poder legislativo que son elegidos por el pueblo y lo representan.
El Poder Judicial es considerado como un nido de ratas donde se vende al mejor postor la justicia.
Un buen número de veracruzanos que viven de la política son al mismo tiempo grandes actores en uno de tantos casos que han ocurrido hay en este presente uno que acapara la atención del pueblo de la conurbación del puerto de Veracruz.
Es el caso del senador electo Miguel Ángel Yunes Márquez que hace unos días se presentó rozagante y lleno de vida por su juventud a recoger su nombramiento como senador de la alianza del PRIAN y de pronto, cuando empezó a tener problemas con la justicia, resulta que se encuentra gravemente enfermo, que hasta requiere de una operación y por ende de estar por un buen tiempo hospitalizado y ese es el pretexto para no presentarse ante un juez para celebrar una audiencia y que justifique las acusaciones de las que ha sido objeto sobre falsificación de documentos que ameritan penas de varios años de cárcel.
Como ocurrió ese cambio tan notable en su salud cuando participaba en maratones al lado de su padre que exigen un esfuerzo físico.
El juicio debe llevarse a cabo y que tanto la defensa debe presentar argumentos de valor judicial ajenos a un padecimiento que se ha usado para evitar la presencia del acusado frente a un juez.
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