El plástico es un material cuya bondad ha sido aprovechada en múltiples procesos de la cadena productiva debido a su durabilidad y bajo costo de fabricación. Sin embargo, la falta de una cultura de reciclado o de reutilización, ha hecho que este material sea insostenible para el medio ambiente, y se ha convertido en una amenaza para la biodiversidad y el mantenimiento de los océanos.
En el mundo se están implementando algunas medidas para frenar esta amenaza para los ecosistemas. Una de ellas es el “Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico”, que, si bien no ha sido reconocido por la ONU, distintas organizaciones ambientalistas realizan campañas con el propósito de concientizar sobre el papel que juega la sociedad para disminuir o erradicar el consumo de este material.
Las bolsas de plástico iniciaron su fabricación en los años 60, cuando la empresa sueca “Celloplast” comienza a producir bolsas de polietileno de una sola pieza que sustituyeron a las bolsas de papel y de tela, al ser más resistentes.
A partir de entonces los plásticos de solamente un uso como las botellas o bolsas han invadido nuestro planeta. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), señala que se utilizan alrededor de 500 mil millones de bolsas de plásticos en el mundo y ocho millones de toneladas acaban en los océanos, de continuar el patrón de consumo de plásticos, en el año 2050 estaríamos invadiendo el planeta con 12 mil millones de toneladas de basura plástica.
La generalización de los plásticos de un sólo uso supone una mayor agresión al equilibrio ambiental. Es lo que ocurre con las bolsas de plástico, cuya vida útil no sobrepasa los 12 minutos, a cambio, puede tardar en degradarse entre 10 a 400 años, dependiendo del material y de las condiciones ambientales.
Se estima que cada persona gasta una media de unas 230 bolsas de plástico al año, lo que representa más de 500 billones de bolsas de plástico en el mundo. Al no ser reciclables, las bolsas quedan en el planeta perjudicando a todos los que aquí vivimos, todos los seres vivos del planeta.
El primer paso ya está dado con la erradicación gradual de las bolsas de plástico de un solo uso, muchos supermercados han suprimido las bolsas de plástico, sustituyéndolas por bolsas de tela que pueden volver a usarse, pero aún estamos muy lejos de eliminarlas totalmente.
Se deben crear las condiciones para que la ciudadanía pueda hacer el uso adecuado de los plásticos, es decir, crear conciencia entre la población sobre el daño que causan las bolsas de plástico de un solo uso a la naturaleza, pero si no existe la infraestructura para su reciclado y una política certera de reutilización, el dejar de consumirlas no aliviará completamente el problema, la integración hacia una economía circular como estrategia clave para disminuir la producción de desechos es una necesidad para la gestión efectiva de los residuos en la industria.
Realmente merece la pena intentarlo porque todo el planeta saldrá beneficiado, se evitará la contaminación de mares y océanos, la pérdida de recursos naturales y la desaparición de ecosistemas muy valiosos.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.
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