Conociendo el hombre rico que es atormentado en llamas, y que no hay modo de que Lázaro lo ayude en su necesidad, pide a Abraham que Lázaro visite la casa de su padre con el fin de testificarles para que ellos no vengan a este lugar de tormento. (Lucas 16:27,28).
Una cruel realidad es la que vive el rico en el Hades. En dolor y padecimiento profundo está su alma; situación que no quisiera que la casa de su padre pasara. Es que cuando muere el hombre impío, perece su esperanza.
El hombre rico sabía que él ya no tenía esperanza, pero su familia aún tenía una oportunidad de salvación. A la petición del hombre rico, el Padre Abraham dijo: a Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. (Lucas 16:29).
Abraham, conocedor de las promesas y pactos del Padre, y de la ley dada a su pueblo por Moisés, y de las profecías de los profetas que hablaron de la misericordia de Dios revelada a su pueblo.
Hace énfasis al hombre rico que no por la falta de la palabra de Dios la casa de su padre puede perecer, pues la justicia y misericordia de Dios enfocadas en su Hijo Yahshua, se ha revelado desde el principio de los tiempos.
(Génesis 3:21; 22:13; Éxodo 12:3-7; Josué 5:14,15; salmos 22:14-18; Isaías 7:14; 9:2-7; 53; Miqueas 5:2), Pero se requiere que tengan oídos para oír y fe para salvarse, pues la palabra dice que Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. (Hechos 15:21).
Estas mismas palabras nos dice hoy el Señor Yahshua, pues Él ha venido para la salvación de nuestras almas. La palabra de Dios dice:
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. (Juan 5:39).
Pero al escuchar la firme respuesta de Abraham, la esperanza del hombre rico fue turbada; entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. (Lucas 16:30). El hombre rico se atreve a contradecir a Abraham con respecto a la autoridad de las Escrituras.
Él piensa que los preceptos de Dios no son suficientes para persuadir a los perdidos, sino que debe haber un fenómeno sobrenatural, apariciones, visiones, sueños e infinidad de prodigios para entonces creer y arrepentirse. Lamentablemente esta es la condición de todo hombre, “hasta no ver no creer” como dijo Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, él no estaba con ellos cuando Yahshua vino, y los otros discípulos dijeron: Al Señor hemos visto.
Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. (Juan 20:24,25).
Sin embargo, no es necesario esperar ver las cosas sobrenaturales de Dios, cuando estas son palpables en toda la tierra.
¿Más qué cita la Escritura? Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. (Romanos 1:20).
Ante la respuesta negativa del hombre rico, Abraham dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos. (Lucas 16:31).
Abraham con justa razón refería al rico la falta de interés que habría de tener la casa de su padre por la palabra de Dios; ellos cerrarían sus oídos a los preceptos del Señor, como muchas veces lo hizo el pueblo de Dios. Yahweh Dios dijo: pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí.
Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos. (Salmos 81:11,12).
Amado lector: cada día que vivimos es una oportunidad que nos da Dios para enmendar nuestro camino. Mientras haya vida hay esperanza de acercarse a Dios, pero esta esperanza muere cuando la vida termina.
¡Escucha! Aún hay tiempo de recapacitar porque el amor y la misericordia de Dios por medio de su Hijo Yahshua nuestro Señor y Salvador está ahí para los que se arrepienten de sus pecados y piden perdón.
En ti está la decisión, solo tú decides donde quieres pasar la eternidad, ser atormentado en el Hades o consolado en el paraíso.
El Mesías vino a dar su vida, y derramó su sangre en el madero para nuestra salvación y perdón de pecados. Cristo vino a ser autor de eterna salvación para todos los que creen.
El Señor Yahshua dijo: si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará, porque ¿de qué le aprovechará al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?
Amado: Si quieres ordenar tu camino y ser consolado en el Paraíso, después de tu muerte. y vivir una eternidad con Dios, te invito te acerques al Señor y hagas esta sencilla oración de fe.
Di así: amantísimo Padre que moras en Santidad, vengo a ti en el precioso nombre de tu Hijo amado Yahshua mi Señor y Salvador, quien por el sacrificio que hizo en la cruz obtuvo el perdón de todos mis pecados y me justificó delante de ti y me abrió el velo para entrar en tu presencia.
Hoy, declaro que me arrepiento de todos mis pecados y te pido perdón. Así mismo, declaro que Yahshua es el Señor de mi vida, a quien levantaste de los muertos y está sentado a tú diestra con poder y gran gloria.
Padre, en el nombre del Señor Yahshua te pido me ayudes, con el poder del Espíritu Santo, a fortalecerme para poner por obra tus mandamientos y cumplir tu voluntad.
Ruego me ayudes a escudriñar tu palabra y me reveles los tesoros escondidos para que viva una vida nueva y de buen testimonio para gloria y honra de tu nombre.
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