Aunque en lengua eclesial suele decirse que en el tema de la designación de los obispos, “el Espíritu sopla donde quiere”, refiriéndose a esa fuerza invisible que a lo largo de la historia ha guiado a la Iglesia Católica en el mundo, es indudable que las fuerzas humanas y los intereses políticos juegan un papel preponderante dentro de esta institución a la hora de elegir a los obispos, que son los encargados de una demarcación eclesial.
En este mismo espacio, comentamos hace tiempo cómo el ya fallecido monseñor Sergio Obeso Rivera se movió entre las cúpulas clericales y fue obstaculizado, en esa época, por el entonces nuncio apostólico Girolamo Prigione, quien fue el que realmente lo bloqueó en las cúpulas vaticanas para que no fuera Cardenal cuando aún gozaba de salud y fortaleza física. Al final, fue el Papa Francisco quien le hizo justicia, nombrándolo Cardenal, ya cuando era arzobispo emérito de Xalapa.
Con la sucesión de la arquidiócesis de Xalapa, en sede vacante, algo similar se empieza a comentar al interior de las cúpulas clericales. Algunos han visto con buenos ojos la designación del obispo de Papantla, monseñor José Trinidad Zapata Ortiz, como encargado temporal de esta demarcación, porque consideran que tiene todos los méritos para ser el titular de esta iglesia, que es propiamente la de mayor jerarquía en la llamada Provincia Eclesiástica de Xalapa.
Oriundo de San Vicente de Plenitud, Fresnillo Zacatecas, monseñor Zapata Ortiz fue ordenado sacerdote en la Ciudad de Durango, el 9 de mayo de 1990 por el propio Papa Juan Pablo II durante una de sus visitas a México. Ya entonces pertenecía al clero de San Andrés Tuxtla y fue enviado en primera misión a Catemaco, la tierra de los brujos.
Tuvo una carrera clerical ascendente porque fue una vocación adulta. El 12 de junio de 2004 fue nombrado Obispo de la Diócesis de San Andrés Tuxtla; tuvo cargos en la Conferencia del Episcopado Mexicano, también en una Secretaría de Estado en el Vaticano y luego fue designado Obispo de Papantla ya por el Papa Francisco, quien lo conoce muy bien.
Aunque no se sabe bien a bien hacia dónde sople el Espíritu, como suele decir en lenguaje religioso la jerarquía católica, la llegada de Monseñor José Trinidad Zapata Ortiz bien pudiera ser para definitivamente ocupar la vacante que dejó, por fallecimiento, monseñor Hipólito Reyes Larios.
En los círculos del clero católico ya se empezaron a citar nombres de quienes podrían ocupar la sede vacante de Papantla, en el caso de que el Papa Francisco decidiera ratificar a este obispo que conoce a la perfección las necesidades, virtudes y defectos, de esta demarcación eclesial.
En el caso de que así fuera, para ocupar la vacante de Papantla, ya se han empezado a barajar nombres. Uno de ellos sería el del padre José Juan Sánchez Jácome, párroco de San José en Xalapa, filósofo y teólogo. Otro nombre, que desde hace tiempo se manejó como prospecto para San Andrés Tuxtla, es el del padre Ricardo Cornejo Romo, párroco de Nopaltepec, también con una amplia formación académica, con estudios en Roma y cercanía con la gente. Su nombre ya se ha barajado y no se dudaría que pudiera ser ungido para servir en ese cargo en la diócesis de la vainilla y los voladores, con sede en Teziutlán, Puebla. Ya veremos qué sucede.
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