México encabeza lista de países más mortales para el periodismo

El atentado contra el periodista Ciro Gómez Leyva ocurrido el pasado 15 de diciembre colocó nuevamente en el centro de atención, los riesgos de ser periodistas y las espantosas cifras en México de asesinatos y agresiones a periodistas; en una etapa que, sí se es crítico se ataca desde las instituciones, un grave error, que tarde o temprano cobrará facturas, porque más allá de señalar la poca credibilidad que hoy en día tienen los periodistas, ello no es motivo y mucho menos justificación para atentar, violentar y polarizar.

Las y los periodistas, como todo profesionista, tienen derecho a ejercer su profesión con garantías de seguridad y la protección máxima a sus derechos humanos, como en cualquier otra profesión. Se ha cuestionado a ésta loable labor, como sí en el resto de las otras no hubiera polarización, pero la gran diferencia entre las otras y ésta, es que quienes ejercen el periodismo están siempre expuestos, se sabe su rostro, sus movimientos, se hurga en su vida privada y cuando se quiere atentar, se hace con una facilidad que impresiona.

A Ciro lo querían aniquilar, le salvo la vida su carro blindado y luego se preguntan ¿Por qué los periodistas requieren ganar bien?, pero eso no es lo peor, lo peor son los absurdos de los críticos, los enemigos de la libertad de expresión. Terrible fue escuchar y leer al médico, columnista, conferencista y profesor libanés, radicado en México, Alfredo Jalife-Rahme quien cuestionó el por qué el líder de opinión viajaba en una camioneta blindada.

A través de su cuenta de Twitter el columnista escribió: “Por qué un “periodista” tiene que andar en “carro blindado” Pues qué tanto debe o a qué mafia criminal pertenece?”. En otro mensaje, Jalife Rahme prácticamente califico a Ciro como narcoperiodista, “comunicador vinculado a los carteles con su carro blindado y un séquito de guaruras y quien, además, posee casas de seguridad de políticos del más alto nivel en colonias fifi” acusó el editorialista señalado como simpatizante de la izquierda.

Terrible leer y escuchar a personajes como éstos, agredir a otros periodistas y la respuesta a Jalife debería de ser, que todos los periodistas deberían tener sus vehículos blindados, porque ello les salvaría vidas, de no haber traigo su unidad asegurada, Ciro estaría hoy, sumando a las cifras de periodistas asesinados en México. De ahí la lucha, insistencia y conciencia de que independientemente de acusaciones, animadversiones y ataques, todos los periodistas deberían tener un salario que les permita allegarse de protección necesaria para salvar sus vidas.

Nadie de quienes ejercemos el periodismo, debemos ser violentados por criticar o halagar. México se coloca como uno de los países más mortíferos para periodistas. En 2022 la cifra de periodistas asesinados en nuestro país se ha incrementado mes a mes.

La Federación Internacional de Periodistas (organización que representa a 600 mil profesionales de medios de comunicación en 187 sindicatos, federaciones y asociaciones de más de 140 países) confirmó que en México se cometieron durante 2022, un total de 11 asesinatos contra periodistas y así, ha revelado que si la magnitud de esta cifra se compara con los ataques cometidos en contra de informadores durante la guerra de Rusia-Ucrania (12 en total, México solo queda debajo por una mínima diferencia.

Previamente, 2017 había sido el año con más periodistas asesinados en relación con su actividad profesional, con un total de 12, según datos de la organización Artículo 19; pero la cifra quedó superada este 2022. Así por cuarto año consecutivo, México encabeza la lista de lugares más mortales para ejercer esta profesión. Hoy en 2022 son 11, mañana quien sabe, frente a un gobierno que minimiza y criminaliza, sumado a las malas condiciones laborales y bajos salarios de los comunicadores.