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Renacimiento Mexicano

Las enseñanzas del Abuelo Tecpantecuhtli

2021-01-10 | 12:22 p.m.
Diario del IstmoDiario del Istmo

Los caminantes eran guiados no sólo por los guardianes espirituales de México, sino también por abuelos y abuelas de tradición. Las enseñanzas del abuelo Luis Bernardo Martínez Gastaldi, Don  Tecpantecuhtli, quien pidió los permisos correspondientes en Teotihuacán para emprender la siguiente caminata, no sólo les develó algunos de los secretos que debían comprender para la ofrenda de sus próximos pasos, sino que removió las fibras más sensibles en cada uno de ellos para el despertar de su conciencia tolteca. 


Uno de sus pupilos, Akamapichtli Pelayo, compartirá su crónica personal que vivió con el Abuelo Tecpantecuhtli, con uno de los más grandes maestros que ha tenido la Mexicayotl (tradición ancestral mexicana), no sólo por su vasto conocimiento, si no, por todo el amor, calidez y pasión que mostraba por sus raíces, por su cultura; platicar con él era siempre una enseñanza, sin el afán de darla por supuesto, es decir, su doctrina era natural, sin ego, sin protagonismo y eso lo hacía mucho más especial. 


“Mi historia con él, comenzó en la gran ciudad de los dioses Teotihuacán, lugar que el abuelo amaba desmedidamente. Yo estaba ávido de conocimiento, pero sobre todo de encontrar mi despertar de conciencia y ¡vaya que el abuelo me ayudó a encontrarla!, me llevó a una de las tantas cuevas que conocía por todo el área y en una de ellas con profunda paz, empezó a charlar conmigo, me preguntó ‘que estás buscando’ y fue que le relaté mi historia; al terminar me dijo, creo poder ayudarte y en ese momento me llevó a un Temazcal, decía que tenía que desintoxicarme del mundo y del sistema para empezar, también me medicó con varias tinturas de plantas medicinales y por si fuera poco, me llevó a mi primer danza (cosa que había deseado desde hace mucho tiempo), todo esto en un par de semanas; en esa época yo radicaba en la CDMX y me invitaba todos los fines de semana a caminar con él, como una especie de su ‘chalan’ al estilo de ‘Mr. Miyagi y Daniel Larousso en la película Karate Kid.


Era increíble ver como en todas las localidades que íbamos la gente lo veían y trataban como un ser divino que llevaba luz, salud y prosperidad (no exagero), curaba enfermos, daba esperanza a los deprimidos, daba aliento a los perdidos y eso lo hacía un faro de luz en plena obscuridad.


Al poco tiempo, me platicó del ‘Tonalamatl’ un antiguo estudio arqueo astronómico o carta natal, basada en la Piedra del Sol o Calendario Azteca, donde indica los regentes naturales y un nombre de poder, como el de él mismo ‘Tecpaltecuhtli’ que se traduce como, Señor Pedernal, es decir que tiene gran dureza.


En esa época también ya llevaba un trabajo muy serio de ‘siembra de temazcales’ que si no mal recuerdo, llevaba como 45 y su objetivo era mínimo llegar a los 52 (número de poder que simboliza un siglo en el calendario prehispánico) y cuál iba a ser la sorpresa que el temazcal número 52 que sembró, fue en España, en su primer viaje a Europa.


Al poco tiempo llegó a su vida la edición de su primer libro ‘El despertar Tolteca’ fantástico y recomendable libro de los secretos y misterios de la antigua Anáhuac.


Luego tuve el privilegio de invitarlo a mi tierra natal Coatzacoalcos, “el escondite de la serpiente”, para hacer la primera y real ‘Ruta Olmeca’ donde a lo largo de 10 días caminamos por los centros ceremoniales y arqueológicos más antiguos de América (que datan 8 mil años de antigüedad) y el gran abuelo estaba verdaderamente anonadado ante tanta historia de la mítica cultura madre, al cual escribió estas bellas palabras y se me fueron ofrendadas en papel para que yo fuera el guardián de ellas:


“Esta es la raíz de tu historia, tu cuna y tu altar, escucharas la voz silenciosa de la civilización más antigua de América; los Olmecas convirtieron la lluvia en cosechas, el Sol y la Luna en calendarios, la piedra en escultura, el algodón en telas, las caminatas en comercio, los montículos en tronos y al Jaguar y la Serpiente, en Dioses”


Finalmente, surgió el honorable primer consejo de Sabiduría Ancestral, donde el abuelo Tecpaltecuhtli también formó parte medular de ese encuentro maravilloso.


Ahora él ya no está físicamente con nosotros, pero sí su legado, su esencia para que las nuevas generaciones reciban parte del conocimiento que el trabajo.

 

Por:

 

Acamapichtli Pelayo, César Daniel González Madruga, Adriana Morales Ortiz, Enrique Quezadas, Rafael Aluni, Lupita García.

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