¡Ejaaa loco! ¿Cómo andamos paisa?…
Ya pasada la calentura electoral regresamos a darle a la tecla porque temas hay muchos.
En un escenario que parece sacado de una novela distópica, el personal de enfermería y los camilleros de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) número 14 del IMSS acá en el mismísimo y 700 veces heroico puerto de Veracruz están viviendo una situación que ni en sus peores pesadillas imaginaron.
La cosa este peor que una picadita con chile habanero negro. En lugar de recibir apoyo para sus justas demandas, están siendo amenazados por exigir condiciones laborales dignas.
Esta situación es una verdadera vergüenza para una institución que debería velar por la salud y el bienestar de sus empleados y pacientes.
Ya van ocho manifestaciones, ¡ocho! Y el personal ha tenido que bloquear la avenida Cuauhtémoc e Icazo, exigiendo algo tan básico como aire acondicionado y elevadores funcionales.
Me cuentan los primos y las primas que estas demandas no son caprichos; son necesidades fundamentales para garantizar un ambiente adecuado tanto para los trabajadores como para los pacientes.
Pero, en lugar de escuchar y atender estas demandas, las autoridades del IMSS han optado por una táctica de intimidación, una respuesta completamente inadecuada y preocupante.
Ahí les va el chisme, resulta que Guillermo Garcés, Auxiliar de Enfermería, contó cómo ha recibido amenazas en el vestidor, diciéndole que cesara sus protestas bajo amenaza de represalias drásticas.
Esta actitud de las autoridades no solo es inaceptable, sino que también demuestra una falta de empatía y responsabilidad alarmante.
Aquí van las palabras de Garcés, "no estamos pidiendo nada ilegal y estamos fuera del horario de trabajo", resuenan con una lógica que debería ser obvia para cualquier administrador sensato. ¡Pero parece que aquí la lógica anda de vacaciones!
La situación se ha puesto peor con un comunicado del Director Administrativo que, en lugar de buscar soluciones, anunció la prohibición del uso de ventiladores, cafeteras, hornos de microondas y refrigeradores, ¡hazme el recarnoso y violento favor! ¿O cómo era?
Melina de la Cruz, una enfermera, también sacó los rápidos al sol y dijo que estos ventiladores son esenciales para soportar el calor extremo durante sus guardias. Retirar estos elementos básicos no solo es una medida punitiva, o sea ganas de ching… Sino también una demostración de una gestión deshumanizada y desconectada de la realidad.
Así las cosas primo. Es alarmante que en pleno siglo XXI, en una institución de salud tan importante como el IMSS, los trabajadores tengan que recurrir a bloqueos y protestas para ser escuchados.
La respuesta de las autoridades debería haber sido inmediata y orientada a solucionar las carencias denunciadas, no a castigar a quienes levantan la voz. ¡No estamos en el siglo pasado, caray!
La salud y el bienestar de los trabajadores de la salud son esenciales para el funcionamiento de cualquier sistema sanitario.
Ignorar sus demandas no solo pone en riesgo su salud física y mental, sino también la calidad de la atención que se brinda a los pacientes.
Esta situación debería ser una llamada de atención urgente para los administradores del IMSS y para todas las autoridades competentes. ¡Ya es hora de que se pongan las pilas!
En lugar de amenazas, el personal de la UMAE 14 merece respeto y soluciones concretas. ¿O tú qué piensas loco?
Es tiempo de que las autoridades del IMSS asuman su responsabilidad y actúen en beneficio de sus trabajadores y pacientes. El cambio es posible y necesario. Y este debe comenzar con un diálogo abierto, la implementación de mejoras urgentes y el fin de cualquier forma de intimidación hacia aquellos que solo buscan condiciones dignas para realizar su vital labor.
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