PUES LA LEY POR MEDIO DE MOISÉS FUE DADA, PERO LA GRACIA Y LA VERDAD VINIERON POR MEDIO DEL MESÍAS YAHSHUA. JUAN 1:17.
Dos conceptos importantes en el cristianismo: la Ley y la Gracia. La Ley fue entregada a Moisés por Dios en el monte Sinaí como un conjunto de mandamientos y enseñanzas para el pueblo de Israel, para mantener una vida ordenada y justa, y para mostrarles el camino hacia Dios. (Éxodo 24:12). La Ley era un reflejo de la santidad y perfección de Dios, y a través de ella los judíos podían conocer su voluntad y esperar su juicio en el día del juicio final.
Sin embargo, la Ley no podía salvar a los hombres, ya que todos fallamos en cumplir sus mandamientos.
Por eso, la Ley no podía traer la salvación eterna a los hombres, sino que solo les mostraba su pecado y su necesidad de un Salvador. Por esta razón, la Gracia y la Verdad vinieron por medio del Mesías Yahshua el Hijo de Dios. (Juan 1:17).
El Señor Yahshua siendo Dios hecho hombre, vino a este mundo para salvar a la humanidad del pecado y la muerte. En la cruz, el Señor tomó sobre sí mismo el castigo que merecíamos por nuestros pecados y nos ofreció su salvación gratuita.
La Gracia y la Verdad en el Señor Yahshua son una muestra del amor de Dios hacia nosotros, un amor que es inmerecido y libre. La Gracia es el camino hacia la salvación, un camino que no se puede lograr siguiendo la Ley, sino creyendo en el sacrificio del Mesías. La Verdad es la enseñanza divina que nos muestra el camino hacia la vida eterna.
La Gracia es fundamentalmente un atributo de Dios centrada en la persona del Señor Yahshua.
La Escritura dice: Porque aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de Gracia y de Verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo.
Porque de su plenitud tomamos todos, y Gracia sobre Gracia. Pues la ley por medio de moisés fue dada, pero la Gracia y la Verdad vinieron por medio del Mesías Yahshua. (Juan 1:14-17).
La Gracia es un regalo divino de la salvación eterna a través de la fe en el Señor Yahshua. Él es la Gracia de Dios, manifestada por acción de la voluntad divina, y las escrituras afirman que el hombre no puede hacer nada para merecerla ya que Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con el Mesías Yahshua, (por Gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y así mismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con el Señor Yahshua, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su Gracia en su bondad para con nosotros en el Señor Yahshua.
Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en el Mesías Yahshua para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2:4-10).
Es pues la gracia la vía de la fe, que es la respuesta agradecida a la acción de Dios, pero la fe no la provoca la Gracia sino que es don de Dios para salvación nuestra. (Antes creemos que por la Gracia de nuestro Señor Yahshua seremos salvos. (Hechos 15:11).
Siendo justificados gratuitamente por su Gracia, mediante la redención que es en el Señor Yahshua, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su presencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Yahshua. (Romanos3:24-26).
La vida cristiana en su totalidad está cimentada en la Gracia de Dios; la santificación, crecimiento y madurez del creyente no se efectúa independientemente o posteriormente de la gracia, sino dentro de ella.
La segunda carta del apóstol Pedro nos dice: antes bien, creced en la Gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Yahshua, a él sea gloria, ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. (2 Pedro: 3:18). Así que, la vida cristiana está orientada por la Gracia y no con sabiduría humana para conducirnos en el mundo. (2 corintios 1:12). Esta Gracia es para el hombre de fe la fuente de consuelo en sus tribulaciones ya que estando firme y reteniendo esta doctrina, el mismo Señor Yahshua y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por Gracia, confortará nuestros corazones. (2 tesalonicenses 2:16-17).
Así mismo, en las horas de crisis es el socorro oportuno, pues si nos acercamos confiadamente al trono de la Gracia, alcanzaremos misericordia y Gracia abundante. (Hebreos 4:16).
Amado lector: no podemos salvarnos a nosotros mismos siguiendo la Ley, sino que necesitamos la Gracia divina que se nos ofrece por el sacrificio del Señor Yahshua. Abrazar la Gracia de Dios, y cimentar tu vida en ella es un privilegio, pero resistirse a ella es la perdición de tu alma.
Hoy, te invito a caminar en la Gracia de Dios haciendo esta sencilla oración de fe.
Di así: Señor Yahshua, vengo a ti creyendo en la Gracia redentora de Dios que te hace mi Señor y Salvador. Reconozco ser un pecador, por lo cual te pido perdona todos mis pecados pues me arrepiento de ellos de todo corazón. Hoy te recibo en mi vida como mi único Dios. Escribe mi nombre en el libro de la vida, (di tu nombre completo), y haz de mí una nueva criatura. Ayúdame a aplicar la Verdad enseñada por ti a mi vida diaria. Amén. Paz de Yahshua.
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