Es imperante que hablemos de un tema muy importante para la historia de Veracruz y México, que es la manera como el libertador Agustín de Iturbide pudo conseguir en tan solo seis meses la libertad de la patria con pocas batallas y pocas vidas humanas que por esos días de 1821 dejaba un saldo ya de trescientos mil muertos sin haber logrado la independencia, esto lo logró sólo con cuatro eventos militares en Querétaro en el Convento de la Cruz venciendo a Domingo Loaces, Cuernavaca dónde muere un famoso insurgente Pedro Asencio, en Azcapotzalco dónde muere el famoso “Pachón” Encarnación Ortiz y también participo en esa batalla Manuel de la Concha quién fue el carcelero y verdugo de José María Morelos y Pavón y en Durango la última batalla el 30 de agosto de 1821, dónde es derrotado José de la Cruz en las calles de esa ciudad y quién combatió en la batalla de Bailén a Napoleón Bonaparte y que supuso la primera derrota a campo abierto del emperador francés.
Todo comenzó en la ciudad de Iguala un 24 de febrero de 1821 pero el cierre para efectos políticos y constitucionales fueron los Tratados de Córdoba y nos dio el ejemplo que la independencia podía conseguirse de una forma muy distinta a la guerra.
Simplemente recordemos que la voluntad de Iturbide manifestada en el Plan de Iguala que fueron la promesa de unión, libertad e independencia pero también ofreció el derecho de la igualdad, respeto a la propiedad privada, una monarquía constitucional en tiempos que eran absolutistas, respeto a la vida, un ejército trigarante formado de insurgentes, realistas, criollos, mestizos, castas, la bandera de las tres garantías que es nuestro lábaro tricolor, coopto a Vicente Guerrero con el uso de la razón por un pacto entre ambos, el famoso abrazo de Acatempan hoy municipio de Teloloapan, estado de Guerrero y después de eso lo nombró General del Ejército del sur y así consiguió el acuerdo de voluntades sumando también a los insurgentes sobrevivientes de la guerra como Juan Álvarez, Ramón Rayón, Nicolás Álvarez, Melchor Múzquiz, Guadalupe Victoria y de los oficiales realistas Anastasio Bustamante, Miguel Barragán, Luis de Quintanar, José Joaquín de Herrera, Antonio López de Santa Ana, Mariano Paredes quienes también fueron presidentes de México y tuvieron su empoderamiento para bien o para mal, todos aceptaron los principios del Plan de Iguala y convencidos por Iturbide se pasaron del lado del ejercito trigarante, dejaron la bandera de España y pasaron a defender la bandera tricolor.
Para el 24 de agosto de 1821 cuando se firmaron los Tratados de Córdoba solo permanecían en manos de los realistas el fuerte de Perote en Veracruz, el puerto de Veracruz, Acapulco y la ciudad de México. En su paso por Puebla un 28 de agosto de 1821 le ofrecen una comida a Agustín de Iturbide y le fueron servidos para comer un platillo que hoy es un manjar emblema de México, los famosos chiles en nogada, precisamente ese día era el día de San Agustín, no quiere decir que ese día los inventaron pero ese día se hicieron famosos, ya no olvidemos que la gastronomía es parte de la historia de México, hay un libro excelente de 1913 que tiene la receta original “La cocinera poblana” de Herrero Hermano y Sucesores, ya no se edita y hay pocos ejemplares en bibliotecas históricas.
Ese día las monjas del Convento de Santa Mónica tuvieron la genialidad de que la nogada que se debe preparar al momento o se pone prieta y que es blanca fuera decorada con granitos granada que son rojos y hojitas de perejil que son verdes y con eso modificaron la receta original que por cierto el libro mencionado dice que son capeados y es así que el chile en nogada en su presentación a la vista tenían los colores de la nueva bandera del México Independiente en esa comida histórica: Verde, Blanco y Rojo, por cierto son deliciosos y es uno de mis platillos favoritos.
Para terminar y como dato histórico curioso: A Miguel Hidalgo le fascinaba el chocolate caliente, eso pidió antes que lo fusilaran, a José María Morelos le encantaba comer los huevos son salsa macha y tortillas, eso pidió antes que lo fusilaran con un caldo con garbanzos y antes de ser fusilado se le concedió también fumar un puro, a Guadalupe Victoria que era criollo y fino le gustaban las manitas de puerco en escabeche, queso de Flandes, pan, chocolate, vino de jerez, vino clarete, de eso hay constancia de su puño y letra porque eso quiso comer un día de su santo.
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