Defensa del ecosistema manglar




Los manglares son humedales costeros con una extraordinaria importancia ecológica y económica. Están clasificados como uno de los ecosistemas más productivos del planeta y brindan una gran variedad de servicios ambientales; son zonas de alimentación y refugio de crustáceos y peces, por lo que sostienen gran parte de la producción pesquera, y su distribución geográfica coincide con las regiones tropicales y subtropicales de nuestro planeta.

México ocupa el quinto lugar a nivel mundial en cuanto a superficies de manglares, que son parte fundamental de nuestra riqueza natural a lo largo de ambos litorales del territorio nacional, y constituyen también el hábitat y medio de vida de numerosas comunidades que viven en torno a ellos. 

De las más de 50 especies de mangle que hay en el mundo, nuestro país cuenta con 4: mangle rojo, blanco, negro y botoncillo.

Considerando que los manglares son un ecosistema único, especial y vulnerable, la UNESCO acordó proclamar el “Día internacional de defensa del ecosistema de manglar” el 26 de julio de cada año.

Según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en los últimos 40 años han desaparecido más del 50% de los manglares del mundo.

Los manglares ocupan cerca de 150.000 kilómetros cuadrados de extensión repartidos por más de 120 países y son “auténticos viveros de especies vegetales” que constituyen una “necesaria herramienta natural” contra la crisis climática, al funcionar como “grandes sumideros del carbono que se encuentra en la atmósfera”.

Un 80% de las especies marinas dependen del ecosistema de manglar para subsistir, por lo que la destrucción del mismo incide en la disminución de la pesca.

Su papel en el mantenimiento de la biodiversidad es de gran importancia gracias a la Retención de nutrientes, Regulación del clima, Preservación de la calidad del agua y

Protección natural de entornos costeros; El ecosistema manglar es de vital importancia, no solo por su alto valor ecológico y sus múltiples bienes y servicios ecosistémicos (protección del litoral ante la erosión marina, depuración de agua, mitigación del cambio climático por acumulación de carbono, belleza escénica y turismo, hábitat y refugio de especies de moluscos, criadero de peces, extracción de madera y de tanino, etc.), sino también por constituir el hábitat, el medio de vida y la fuente de cultura y espiritualidad de numerosas comunidades que viven en torno al manglar.

Sin embargo, los manglares son ecosistemas vulnerables a las actividades humanas, asegurar el funcionamiento del manglar permitirá mantener la biodiversidad del país, pero también contribuirá a que se sigan generando la vasta cantidad de bienes y servicios ambientales que contribuyen con el bienestar y desarrollo socioeconómico de la zona costera.

No obstante que los manglares están protegidos por la NORMA Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, en la categoría de “Amenazados”, falta fortalecer los instrumentos de política ambiental, siendo más estrictos y claros con respecto a los manglares.

Por lo tanto, es necesario que los ciudadanos nos involucremos en la toma de decisiones sobre el manejo de nuestros recursos, y promover así el uso sustentable de estos maravillosos ecosistemas que habitan las zonas costeras de nuestro país.

 

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