Peor papel no pudo haber hecho el jurado del certamen de elección de la Corte Real del Carnaval de Veracruz. Aunque cada quien debió tener criterio para calificar a las participantes, hablando de la elección de reina, a algunos se les veía copiando el número de la paleta de su compañero.
Lo que quedó claro es que calificar el talento no es lo suyo, pues a quienes sabían cantar y bailar le pusieron ocho, mientras que en otros casos pusieron 10. Tal fue la parcialidad que los jurados obedecían a la calificación que uno de ellos proponía.
Al final les aventaron agua de las botellas que llevaban las porras, pues desde el inicio el certamen generó molestias. Incluso llegaron elementos policiacos a proteger a los jueces para que se pudieran ir.
Y es que si bien criticaban la exposición mediática que le daban los influencers y por ello hasta cambiaron la dinámica del concurso, a estas alturas la organización no puede tapar el sol con un dedo de las múltiples fallas que tiene la organización del carnaval en Veracruz.
En qué tremendo lío se metió la Policía Estatal con sede en Medellín de Bravo, pues no conformes con que uno de sus elementos perdió su arma de cargo cuando viajaba en la batea de una patrulla en Playa de Vacas, hirieron a un joven que ni vela en el entierro tenía.
Por querer jugarle a los detectives de La Ley y el Orden, los elementos llegaron hasta el Tejar en Medellín de Bravo en modo “incógnito”, disfrazados más de delincuentes que de policías y corretearon a un empleado de Bimbo al que acorralaron en su casa porque tenían la sospecha de que él recogió la pistola y no la quería entregar, por lo que quisieron presionarlo tantito y le dieron dos balazos.
Alguien tuvo que haber aprobado la brillante idea, y ese alguien -junto con el elemento que perdió la pistola y el que jaló el gatillo tienen que irse a la calle sí o sí- la imagen de la corporación ya está lo suficientemente dañada como para continuar dando espectáculos que dejan en claro las debilidades que aún tiene la policía.
Bien orgullosos informaron que el primer día del Salsa Fest 2023 duró 12 horas y que la gente estuvo bailando desde las 5:00 de la tarde hasta las 5:00 de la mañana, pero la realidad dista de las expectativas optimistas de la parranda jarocha.
Esto se debe a que lo que en realidad provocó que el concierto que se tenía programado terminara a la 1:00 de la mañana se extendiera cuatro horas fueron las fallas constantes en el equipo de sonido, que no le permitía bien a los artistas adecuar la orquesta para el espectáculo, pese a que ya habían hecho las pruebas de sonido.
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