Aunque no con el mismo poder que llegó a concentrar el empresario periodístico Mario Vázquez Raña –quien controló el Comité Olímpico Mexicano (COM) y sus federaciones deportivas durante ocho sexenios consecutivos, desde el régimen presidencial de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) hasta el de Enrique Peña Nieto (2012-2018)–, ahora el financiero regiomontano Carlos Bremer es quien ha recibido directamente del presidente Andrés Manuel López Obrador la encomienda de involucrarse en las ligas de beisbol y basquetbol así como de rescatar al club de futbol Tiburones Rojos de Veracruz, última misión que no ha podido concretar por los líos legales del anterior dueño Fidel Kuri Grajales, pero a cambio logró el regreso al baloncesto profesional de los Halcones Rojos del puerto jarocho.
Sin embargo, el interés del empresario por Veracruz no es gratuito, y como en la 4T tienen por regla que “amor con amor se paga”, desde finales de 2020 decidieron confiarle en reciprocidad mil 508 millones de pesos de la Reserva Técnica del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), en una inversión a plazo fijo.
Bremer es presidente de Value Grupo Financiero S.A.B. de C.V., una sociedad que controla desde 1992 a tres empresas del sistema financiero mexicano: Value Arrendadora, S.A. de C.V.; Value Factoraje, S.A. de C.V., y Value, S.A. de C.V., Casa de Bolsa, que por segundo año consecutivo recibió el galardón “Lo mejor de la Operación 2021”.
Sin embargo, en lo deportivo, el empresario le ha fallado al presidente. En las Olimpiadas de Tokio 2020 México fracasó en beisbol, el deporte favorito del mandatario. Y es que en su afán por posicionar al llamado Rey de los Deportes como uno de los de mayor afición a nivel nacional, López Obrador metió mano en los equipos integrantes de la Liga Mexicana de Beisbol y en la poderosa Liga Mexicana del Pacífico. En recompensa, Bremer se encargó de seleccionar a los peloteros que representarían a México en Japón.
El financiero gestionó a principios de 2019 que las confrontadas ligas del beisbol mexicano pudieran compartir o intercambiar equipos entre sí, para contribuir a las promesas de campaña del tabasqueño, específicamente con el regreso al circuito profesional de los equipos El Águila de Veracruz y los Algodoneros de Guasave, Sinaloa, otro de los estados de mayor interés para el Presidente.
Según el columnista de El Universal, Mario Maldonado, las negociaciones incluían que los Sultanes de Monterrey, equipo de alta rentabilidad para la Liga Mexicana de Beisbol, jugaran para la Liga Mexicana del Pacífico, con el compromiso de que llegarían a la primera organización dos novenas de gran arrastre: El Águila de Veracruz y los Charros de Jalisco, campeones de la LMP en ese año. “La apuesta era tan alta que, en el caso veracruzano, Bremer tuvo que aliarse con el empresario Bernardo Pasquel –uno de los personajes vinculados en la filtración de los videos en los que Pío y Martín Jesús López Obrador reciben dinero en efectivo—y en el occidente el trato finalmente no se concretó”, publicó el periodista especializado en temas financieros.
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