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Autonomía de poder Judicial de Veracruz acabada por administradora y Presidenta

Columna: Paulina Ríos



Autonomía de poder Judicial de Veracruz acabada por administradora y Presidenta

Nos cuentan nuestros amigos veracruzanos que ni en los peores tiempos priistas, se observó tanto cinismo como el de ahora, en los tiempos de la Cuarta Transformación. La separación de poderes se encuentra prácticamente extinguida en Veracruz y como ejemplo de ello, lo ocurrido el pasado 18 de marzo en el zócalo capitalino de la ciudad de México donde cientos de burócratas veracruzanos, se dieron cita para acompañar al presidente de la República en la conmemoración del 85 aniversario de la expropiación petrolera de 1938.

Muchos de los veracruzanos que acudieron a tal conmemoración fueron prácticamente obligados ante la falta de liderazgo del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez. Los empleados gubernamentales además tuvieron que costear su cuota de traslado en los camiones que los movilizaron a Ciudad de México, es decir, además de ser obligados, tienen que poner de su bolsa.

Más allá de ello, lo que esta vez llamó la atención fue el cinismo de la presidenta del Poder Judicial de Veracruz, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, quien sin pudor alguno se le observó en un evento de características partidistas en total entreguismo al partido en el Poder; lo peor llego cuando la administradora del Poder Judicial, Joana Marlen Bautista, de quien se hizo acompañar la señora presidenta prácticamente cedía la institución a intereses partidistas y electorales.

En sus redes sociales, vistiendo el texto de imágenes donde se les observaba acompañadas del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, la polémica encargada de los dineros en el Poder Judicial, posteaba "PODER JUDICIAL DE VERACRUZ ESTA CON NUESTRO PRESIDENTE Y NUESTRO QUERIDO GOBERNADOR Cuitláhuac Garcia Cuitláhuac García Jiménez" y etiquetaba a su acompañante, la magistrada y presidenta Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre. .

Lo anterior indignó a colaboradores, magistradas y magistrados del Poder Judicial, quienes -aseguran nuestros amigos veracruzanos- mostraron su inconformidad ante tal atentado a la democracia y división, más aún, cuando Joana Marlene, en total atrevimiento y a pesar de ser subordinada, se erigió como líder y vocera, entregando el Poder Judicial de Veracruz al servicio del Poder Ejecutivo federal y estatal, sin ningún recato.

Lo que sorprendió a propios y extraños, fue el consentimiento y autorización de la presidenta del poder judicial que le acompañaba al evento político para colocar al Poder Judicial al servicio del poder ejecutivo. Allá en Veracruz los  trabajadores revelan que la administradora lo único que busca y le interesa es asegurar su candidatura a una diputación local y a cambio de su posición no le ha importado vulnerar y entregar al Poder Judicial.

Lo extraño de todo ello, comentan nuestros amigos veracruzanos es, la falta de capacidad, nivel y carácter de Lisbeth Aurelia para defender la autonomía del Poder Judicial, que además de ponerlo a disposición de su administradora, ahora se hace presente en eventos donde nada tendría que hacer y se convierte en aparente marioneta de su colaboradora.

Podría entenderse el desconocimiento o la ignorancia de la administradora del poder judicial respecto de la importancia de salvaguardar la división de poderes como garante de la democracia, pero que la Presidenta lo haga es realmente demoledor y lamentable para Veracruz y sus ciudadanos.

Seguramente no tienen idea alguna o si la tienen no les importa. Hay que recordarles a ambas qué la división permite que los diferentes poderes se limiten y moderen recíprocamente, creando una dinámica de pesos y contrapesos, de modo que entre ellos haya equilibrio y ninguno pueda prevalecer sobre el resto.

La separación de poderes impide, al mismo tiempo, que haya abusos de autoridad, pues la autoridad pública se encuentra distribuida de manera equilibrada entre estos tres órganos fundamentales del estado.

Luego entonces, el objetivo de la división de poderes, es evitar la concentración de los poderes del Estado en una sola persona, órgano o corporación, lo que vendría a posibilitar los abusos de autoridad y, con el tiempo, el surgimiento e instauración de un régimen autoritario o tiránico. La señora Presidenta y la administradora del poder judicial mas cerca del autoritarismo y más lejos de la democracia y el estado de derecho ¡Pobres veracruzanas y veracruzanos con esas autoridades!


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